La mujer no es cada una de nosotras, sino una construcción política e ideológica que niega a las mujeres.
Simone de Beauvoir.
En Nayarit solo existe una estatua a una mujer: Lola Beltrán en Santiago Ixcuintla. Es cierto, existen estatuas con cuerpos feminizados como las estatuas a la madre en diversos municipios (Ahuacatlán, Huajicori, Ruiz, Tepic y Tuxpan); la estatua a la Hermana Agua (sexualizada y desnuda); la estatua a la Ángela de la Independencia y la estatua a la Loca de San Blas. Como nos damos cuenta, estas últimas son estatuas abstractas de roles de mujeres: madres, hermanas y locas.
La estatuaria de Nayarit solo reconoce el protagonismo masculino, por ello se tienen más de 90 estatuas en todo el territorio estatal: el último gobernador añadió ocho estatuas masculinas más: Manuel Lozada, Bernardo Macías, Enrique Miramontes Parra, Ocelotl (gran señor de Sentispac); al bombero, al rescatista, al ostionero y como se anotó arriba, solo una estatua a una mujer: la loca de San Blas.
La ausencia de mujeres de la estatuaria, pretende hacer creer que las mujeres, relegadas al ámbito de lo privado (de los hombres), no han participado de la grandeza nayarita, sea lo que pueda representar. Sin embargo, en otra mirada tendríamos un significado totalmente opuesto. Porque las mujeres hemos estado en la vida pública sin reconocimiento y, sobre todo, estamos en los minúsculos actos de todos los días y noches con que inicia y tiene continuidad la vida.
¿Han participado las mujeres en las acciones que han conformado el Nayarit actual? Sin duda, pero la historia y los historiadores, solo toman como actores válidos a los hombres: solo se ven a sí mismos. Aún en los casos en que ellas actúan en el plano público, son invisibilizadas por quien no las quiere ver. ¿Ejemplo de ello?, Vaya usted a la plaza del maestro, donde las estatuas y los bustos ahí colocados llevan la leyenda “Al maestro forjador de la Patria”, pero en la realidad, más del 80% del personal del magisterio de la educación básica, son mujeres.
Actualmente, un nuevo movimiento surge desde las mujeres. Es un movimiento que tiene como pilares el dolor, el resentimiento y la razón. En ello, la memoria cobra sentido porque posibilita resignificar los hechos sin tener que olvidarlos, traer al plano del presente las injusticias infringidas durante los 211 años que celebramos desde el inicio de la Independencia del país en 1810, para construir nuevos referentes del país que llamamos México y de Nayarit.
Articular las memorias colectivas del olvido permitirá desentrañar los enfoques oficiales donde no ven lo que no se quiere ver en la mirada masculina histórica autocomplaciente. La memoria siempre es portada por grupos de seres vivos, en este caso de mujeres, que se manifiesta afectiva, emotiva, abierta a todas las transformaciones, convocadora de todas las voces, susceptible de permanecer latente durante largos periodos. Recuerdos de mujeres que dialogan entre generaciones como abuelas-nietas, maestras-estudiantes, vecinas, amigas.
¿A quiénes queremos que se levanten estatuas en Nayarit? En diversas ocasiones hemos elaborado propuestas a través del Colectivo Mujeres en Voz Alta para que se erijan, al menos, los siguientes monumentos a mujeres, como una mínima justicia restaurativa:
- Señora Popualtzin, Gobernante de Xalisco a la llegada de los españoles;
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María Paula de los Santos, en su casa de Tepic se preparó la insurrección indígena que sería encabezada por el Indio Mariano conocido como “Máscara de Oro, en 1800;
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La Condesa de Miravalle dueña de minas y hacienda en Compostela que dio origen a la colonia Condesa en la Ciudad de México;
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Las Hermanas Quintero, Francisca y Maclovia Quintero, Victoriana Arroyo y Adelaida y Mariana Castañeda, que encabezaron un movimiento en la fábrica textil de Bellavista, el cual se considera uno de los movimientos más importantes de fines del siglo XIX;
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Las Cristeras, quienes en la zona del sur, fueron clave para la resistencia cristera;
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Maestra Rosa Navarro, escribió 67 obras pedagógicas. Su nombre está incluido en el libro Mujeres notables mexicanas;
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Pintora Emilia Ortiz, única artista nayarita que ha sido integrante del Sistema Nacional de Creadores;
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Estatua a las enfermeras, como un justo reconocimiento a su labor;
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Estatua a las mujeres Wixaritari;
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Estatua las mujeres Coras en el Nayar, porque ellas son las que sostienen la tradición cultural desde los márgenes.
También proponemos dos estatuas como memoriales: el primero, levantar una estatua a Ana Cecilia Luisa Dailliez Larguiller, pareja de Amado Nervo, como memorial dedicado a todas las mujeres que han sido negadas y encerradas en su casa hasta la muerte. El segundo memorial estará dedicado a las niñas que han sufrido violencia física y sexual.
O ¿debemos derribar las estatuas masculinas para que nos vean?
Tomada de El Blog de Lourdes Pacheco
Fotografías de Gabriela Pacheco Pineda.
- ¿Debemos derribar estatuas masculinas? - octubre 10, 2021