Crónicas Políticas
Por: Luis Ignacio Palacios.
Existe una secuela en los acontecimientos que se sucedieron en la Universidad Autónoma de Nayarit, los problemas financieros para cumplir con el pago de salarios y aguinaldo en diciembre pasado y en el mes de enero anterior; la comunidad universitaria, los sectores que la integran conforme al talante de sus liderazgos, le han puesto un marco de exigencia al rector Juan López Salazar; aunque todos sabemos que existe un tufillo de pujas preelectorales para el próximo rectorado.
Y el rector en este fin de semana pasada les respondió; en la reunión de directores de todas las unidades académicas, se analizaron los acontecimientos y los temas que se debatirán el día de hoy, en el seno del concejo general universitario.
En la reunión del viernes, por parte de la rectoría se dejó claro que la reforma académica, que los lastres que impiden el desarrollo de la UAN, tienen a los dos sectores de la universidad, el sindicato de trabajadores y el de catedráticos como obstáculos para ello; y en un arranque que nos revela su progenie porril, el director de derecho Humberto Lomelí Payán, hizo una ferviente acotación imo in pectore: “son tres sectores, el estudiantil también cuenta..!”
Todos los maestros que no asisten a sus clases, esas vacas sagradas de derecho, de economía, de contabilidad, de agricultura y veterinaria, de los centros de investigación; los comisionados sindicales de los catedráticos, han constituido la fauna numerosa que cientos de ellos, solo son una sangría para las nóminas universitarias.
La crisis financiera, dijo el rector hace unos días, no es una crisis académica; sin embargo, ahora, con los reclamos de los liderzuelos universitarios, incluyendo al estudiantil –para que no se moleste el ex feuano- el escenario se presenta para que todos los integrantes de la UAN dejen de hacerse los que ignoran la realidad imperante en la distribución de sus recursos financieros:
Familias enteras que tienen en un coto de poder preparatorias y parte de las unidades académicas; miembros e hijos de los líderes del Setuan que ahora son catedráticos y administrativos, cuya funcionalidad es a todas luces improductiva y obsoleta; aviadores a pasto en todas y cada una de las dependencias de la UAN, con una pésima funcionalidad en sus productos comunicacionales, pareciera que ése es el leit motiv, no informar con pulcritud y puntualidad para que la sociedad no conozca el cochinero interno que tienen estos perversos enclaves caciquiles.
RECOMPONER EL RUMBO
El reclamo de directores es justo lo que hoy requiere el rector; que los trabajadores sindicalizados y los catedráticos del spauan, se ponga a trabajar y no sean el obstáculo a las nuevas acciones que reclama la reforma académica y las nuevas actividades de vinculación de las actividades de los universitarios con la sociedad; ellos, los herederos de canogias y prebendas son los estorbos, los bultos sociales, estólidos en su conducta que les impide a las unidades académicas salir adelante con los nuevos proyectos académicos y administrativos.
La UAN, es una universidad que durante lustros fue el pasto de un grupúsculo de gandallas, quienes con los rectores a modo, hicieron cera y pabilo de todos los millonarios recursos que el Estado mexicano y el pueblo de Nayarit les ha proporcionado para la formación de los nuevos profesionales que reclama el crecimiento económico y social de la entidad.
Hoy, tienen que verse en el espejo de sus mediocridades y corrupciones la realidad que han forjado subyacente en la imagen del campus que conocemos y en la cual se ha empeñado el rector Juan López; es una imagen sucia, ennegrecida por años y años de usufructuar de manera indebida plazas, sueldos, prestaciones que debieran ser para los universitarios que investigan, que trabajan y que tienen una mística en el cumplimiento de sus responsabilidades.
Sí, Juan López Salazar, el rector de la universidad de todos los nayaritas, debe apoyar a los directores de la unidades académicas; debe dejar de ser rehén de los líderes de los (tres!) sectores que intentan seguir cooptando los esfuerzos de la rectoría para superar sus atrasos seculares; poner a estos sinvergüenzas en su lugar, aplicar los correctivos que sean menester; y para ello, mantener una puntual política de comunicación social, que impone de inmediato la sustitución de todos los burócratas que ahí pululan.
Para que la sociedad, el gobierno y las instituciones que le apoyan, sepan de manera puntual, que esta crisis se puede trocar en fasta..!
Es la única manera de terminar con privilegios inveterados, se impone que los trabajadores dejen de apoyarse en los feuanos, que según ellos tienen el destino manifiesto para llegar a la rectoría en menos de un par de años; que los catedráticos asistan a sus aulas y que toda esa recua de zánganos sean expulsados del campus, sin derechos a prestaciones y jubilaciones, merced al grado de estulticia en que utilizaron sus plazas universitarias.
Duros han sido los procesos de renovación universitaria en otros campus, en la U de G; en al UAS, en la propia UNAM, y siempre los parásitos son los que salen perdiendo, cuando las inteligencias se deciden a hacer las cosas que impone la decencia y la honestidad intelectual propia de universitarios; no hay vuelta de hoja, hoy, son los momentos definitorios de nuestra UAN…
Contacto: cronicaslip@gmail.com
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