Por: César Delgado Martínez.
Elisa Carrillo, mexicana, “prima ballerina” de la Ópera de Berlín, se transformó en “La Esmeralda” en el foro del Auditorio del Estado en la edición 40 del Festival Internacional Cervantino en Guanajuato.
Con una técnica balletística impecable y un poder de la actuación más allá de lo establecido, construyó un personaje que se enfrentó a las ironías de la vida en París en el siglo XV, de acuerdo al libreto de Jules Perrot, basado en “Nuestra Señora de París” del inmortal Víctor Hugo; con la música de Césare Pugni y arreglos de Alexander Troitsky.
Elisa Carrillo acompañada por su partner, el primer bailarín de la Ópera de Berlín, Mikahil Kaniskin, dejó de ser la chiquilla juguetona y se convirtió en La Esmeralda, la bella gitana que Elisa Carrilloama, sufre la traición, recupera el amor y después de algunas vicisitudes éste triunfa en un happy end espectacular.
La bailarina, nacida en Texcoco Estado de México y quien vivió los veranos de su infancia y adolescencia en Santa María del Oro, Nayarit, es la estrella, la diva, la novia de México, que ilumina los senderos del arte de Terpsícore por el mundo.
Su calidad de primera bailarina se refrenda una vez más. En el primer ballet completo que interpretó en México, con la Compañía Nacional de Danza (CND), cuyos ejecutantes lograron un nivel extraordinario, salvo algunos detalles, (como el bailarín que no pudo subir al hombro a la bailarina), gracias al magnífico trabajo de los repositores Stanislav Faco y Yuhama Malkhasyanis, que montaron la coreografía de Yuri Burlaka y Vasily Medvedev basada en la versión original de Marius Petipa.
La Orquesta del Teatro de Bellas Artes dirigida por Anton Grishanin, aportó una interpretación musical impecable lo que dio pie para que Elisa Carillo y Mikhail Kaniskin, junto con los bailarines de la CND pudieran obtener un éxito sonado.
Contacto: @CsarDelgadoM
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