Intentan bloquearme quienes obedecen a jefes políticos
Alejandro Galván Araiza, actual diputado priísta, sigue atrapado en la idea de ser gobernador de Nayarit en 2017, para lo cual ha trazado ruta política que lo lleve primero a la presidencia municipal de Tepic, no sin antes cumplir con su obligación en la XXX legislatura, a la cual se ufana en decir que llegó con el respaldo popular de más de 21 mil votos.
La aspiración de Galván, colimense por nacimiento, es avalada por la Constitución Política del Estado de Nayarit que establece como requisito, entre otros, para ser gobernador la vecindad efectiva en la entidad no menor de cinco años inmediatamente anteriores al día de la elección, pero además supera la condición indispensable de haber ocupado un cargo de elección popular impuesta por el PRI.
Libre de ataduras legales, el diputado Galván enfrenta ahora el escarnio de adversarios políticos a consecuencia de haber hecho pública su aspiración temprana, lo mismo que le ocurrió a Roberto Sandoval, actual gobernador de Nayarit, cuando en 2009, siendo aún alcalde de Tepic, deslizó su pretensión por la gubernatura. Este último enfrentó la reacia oposición de la corriente magisterial adicta a Liberato Montenegro.
ME ALIMENTO DE LA ADVERSIDAD
“En cuanto lo manifesté se me echaron encima personas que manipulan información y empezaron a inventar demandas en mi contra. Se siente la presión. En política he aprendido que hay grupos que obedecen a jefes con fuertes intereses, al círculo rojo no le parece mi aspiración. Sin embargo, nosotros representamos legítimamente intereses de los ciudadanos, y eso no gusta a los políticos”, convencido argumentó Alejandro Galván.
Minimiza declaraciones en su contra al indicar que le gustan los obstáculos, “como que me alimento de la adversidad, sin ellos no aprendes, si no te bloquean el camino no aprendes, y a mí me lo han bloqueado muchísimo, pero no me rajo, como que también me gusta mucho salir adelante”.
-¿Es su jefe político Ney González?
MI JEFE
NO ES NEY,
SINO EL PUEBLO
-Nunca ha sido mi jefe, nunca fue mi jefe y no es mi jefe. Es mi amigo, a los amigos no se les niega. Cuando hay tempestad es cuando más se ocupa reconocer al amigo. Yo tengo un solo jefe, es el pueblo, que es el que me paga. Dicen que al que dos amos sirve con uno queda mal, yo nadamás le sirvo al pueblo. No soy agachón ni nada de eso, le sirvo al pueblo.
-Hay solicitud para someter a juicio político al ex gobernador Ney González ¿lo están dejando solo quienes se beneficiaron económica y políticamente durante su gobierno?
-No, no. Yo lo veo muy cobijado por los amigos, a lo mejor éstos ahorita no tienen forma ni interés de declarar públicamente. Ahora que no es gobernador, yo me he reunido con él en dos ocasiones y lo veo rodeado de amigos muy cercanos. Esos son los que valen, cuando hay crisis ahí están.
NO IRÍA POR OTRO PARTIDO QUE NO SEA EL PRI
Alejandro Galván Araiza ha reiterado en ocasiones su interés por ser gobernador de Nayarit, no candidato del PRI para ese cargo en 2017. Además el gobernador en turno influirá en la designación del candidato del partido, Galván no tiene pertenencia al grupo político (fuerza nayarita) de Roberto Sandoval.
Le preguntó ¿buscaría ser candidato de otro partido?
–Yo soy priista, la verdad es que toda mi vida lo he sido. Se darán las candidaturas ciudadanas, pero soy priista.
Hay que seguir ciertos lineamientos del partido, si para el partido no eres el candidato correcto, pues tienes que esperar los tiempos, la política es de tiempos y circunstancias, yo soy priísta. Si busco la presidencia municipal de Tepic será cuando termine mis compromisos con la gente, los compromisos que hice en campaña.
MUY SEGURO QUE LOGRARÁ METAS A FUTURO
Asegura que su relación con el gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval, es excelente. “La verdad es que en lo personal tenemos muchos años de amigos. Contrario a lo que muchos piensan, no me convertiré en una piedra en el zapato para que Nayarit camine. Necesitamos apoyar al gobernador para juntos jalar la carreta que está atorada”.
Alejandro Galván Araiza ni siquiera ha pensado qué hacer si no alcanzara la candidatura priísta a un nuevo cargo de elección popular, reflejo del firme convencimiento que logrará sus metas. Primero la presidencia del Ayuntamiento de Tepic, que en los últimos años se ha convertido en paso obligado a la gubernatura del Estado. Hacia allá va, sin dilación, pero tampoco con demasiada prisa.
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