Visité en su particular domicilio de avenida P. Sánchez casi esquina con Bravo, en Tepic, a mi compadre Francisco Javier Ocampo Mondragón, para muchos simplemente Paco Ocampo, hoy que se encuentra muy disminuido de su salud física, pero espiritualmente reconfortado por descendientes, familiares y amigos.
Don Paco Ocampo y yo trabamos amistad más allá de la mitad de la década de los setentas, precisamente por estar ambos dedicados al periodismo. Él inició su carrera de reportero en mayo de 1972 en el periódico El Tiempo de Nayarit, yo en mayo de 1973 en el Diario del Pacífico. Desde aquel tiempo tan lejano la convivencia fue constante.
Pero quiero hablar de él, quien a pesar de veinte kilos de peso menos y lo grave de su enfermedad (càncer hepático), conserva el gusto por el chascarrillo, del que toda su vida fue muy afecto con la gracia de quien sabe decirlo. De eso y muchas cosas más platicamos, aunque en ocasiones su voz suena apagada. Reportero de los buenos, incansable en la búsqueda de la noticia, redactor forjado al golpe de máquina mecánica sin descanso, todos los días. Con certeza puedo decir que es uno de los periodistas más completos de Nayarit, dejó huella en los medios escritos, de imagen y oral.
Don Paco Ocampo, bajo el amparo y la inspiración de haber obtenido primer lugar estatal en ortografía cuando cursó la secundaria en el Colegio Cristóbal Colón, se tiró a buscar un lugar como reportero en El Tiempo de Nayarit, mismo que se lo pidió al propietario y director del periódico don Jesús López Becerra, quien aprobó iniciara como aprendiz para cubrir información de nota roja, género que en aquel entonces marcaba el comienzo de todo reportero, según apreciación de don Paco.
Es considerado Paco Ocampo como el cabecilla del primer y único paro laboral en nuestra entidad que realizó en los primeros años de la década de los ochenta la planta de reporteros del periódico El Observador de Nayarit, empresa editorial con sede en Guadalajara, Jalisco, por fuertes desavenencias, derivadas de despidos injustificados, con la gerencia local.
Tiene la virtud de haber transmitido enseñanzas iniciales de reporteo, básicamente, en El Observador de Nayarit a Consuelo Sáizar Guerrero, quien fuera titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) en el gobierno federal anterior del panista Felipe Calderón, y a Jorge Enrique González Castillo, Psicólogo de profesión egresado de la UNAM, consultor, editor y destacado opinador en diarios de la localidad. Más tarde, en el periodismo radiofónico hizo escuela, de él recibieron aprendizaje cantidad de jóvenes.
Pero también debo destacar que don Paco Ocampo es el primer reportero televisivo. Contratado por la empresa del canal local XHKG, en 1987 cubrió casi la totalidad de la campaña de Celso Humberto Delgado Ramírez, candidato del PRI a gobernador de Nayarit. De las actividades de proselitismo político, realizaba programas de media hora de transmisión, por los que, asegura, la pagaban 50 pesos por cada uno. Tiene en su impresionante curriculum periodístico haber sido el primer conductor de una transmisión de televisión en vivo, precisamente el acto protocolario oficial de la toma de posesión de Celso Delgado, desde el Teatro del Pueblo. Además siente el orgullo de haber sido en aquel tiempo parte del primer programa periodístico
por televisión (XHKG, canal 2): Análisis Sabatino, consistía en entrevistas a personajes de la vida política, social, económica y artística de Nayarit.
Don Paco Ocampo además de haber impartido en gran número cursos sobre periodismo radiofónico en colegios e institutos de educación privada, es Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Nayarit, amén de haber sido dirigente de organizaciones periodísticas como la APENAC (Asociación de Periodistas y Escritores de Nayarit A.C.) y APROCON (Asociación de Profesionales de la Comunicación de Nayarit), entre otras.
Su historial es muy largo de contar. Sólo quiero hacer públicas algunas pinceladas de lo que sido su carrera en la comunicación social, con episodios repletos de creatividad y entereza profesional. Ejerce el periodismo comprometido socialmente, pero además con los hechos y no solamente con los dichos. Sin duda, don Paco Ocampo ya forma parte de la memoria histórica de Nayarit ¡En buena hora!
En esta visita dos cosas comprobé, y de ello también fueron testigos los periodistas Francisco Cruz Angulo y Marco Vinicio Jaime, que mi compadre Paco Ocampo le es fiel a los Pumas….y al cigarro. Nos recibió vistiendo una camisola del equipo universitario de futbol, y entre sus dedos de la mano derecha un largo cigarrillo color blanco, mismo que consumió con placer intenso.
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