No he caído en corrupta tentación

Entrevista con el Secretario General del SETUAN

Por: Oscar González Bonilla. 

En el recuento de los daños, Luis Manuel Hernández Escobedo sostiene sin vacilar que fue una venganza orquestada desde el gobierno federal la detención de Elba Esther Gordillo, en otros tiempos mandamás del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

“Se recicla el gobierno autoritario y corrupto de los años setentas, capaz de criminalizar a quienes dejaron ser útiles al sistema político priísta.”

Sin embargo, al secretario general del Sindicato de Empleados y Trabajadores de la Universidad Autónoma de Nayarit (SETUAN) no le altera el ánimo la aprehensión de la mujer dirigente sindical por años.

¿Cómo le habrá hecho para evitar caer en corrupción durante los 33 largos años al frente del SETUAN? Simplemente indica que la UAN nunca ha vivido situación de bonanza financiera, pues de otra manera a cajón abierto hasta el más honrado peca.

“Mucha gente liga sindicato-corrupción, sindicato-control y líder sindical-corrupción que no puedes evitar. No he caído en tentación, porque he tenido privilegios, muchas ventajas, como cualquiera con posibilidad de acceder a prerrogativas, pre-rro-ga-tivas.

“Como dirigente sindical he gozado de gastos de representación y bonos de apoyo, legalmente ello existe. Tengo más de 30 años en esto, al menos no he gastado en gasolina porque la paga el sindicato, luego la Universidad nos apoya con un bono porque soy consejero universitario y miembro del patronato.

“Pero además devengo un buen salario, en apego a la justa medianía. Por tanto, no soy el representante sindical que dispone sin justificación de los recursos de sus representados, de manera criminal y deshonesta.

-Entonces, ¿está usted tranquilo?

-Totalmente. No tengo ningún problema en ese sentido. Yo me someto al escrutinio de los compañeros trabajadores.

“El dinero que es de ellos tiene una contabilidad muy puntual. Las prerrogativas que por derecho nos concede la Universidad para cosas específicas, ahí están documentadas, inclusive más que justificadas en cualquiera de los casos.

Una vez picada la cresta, Hernández Escobedo espeta que cada bien que posee tiene origen y razón de ser, dispuesto está a demostrarlo en cualesquier tiempo, se somete a los hechos.

“A mí la UAN me ha pagado muy bien durante mucho tiempo, o sea, no me he ido de aquí, pues. No soy alguien que solamente piensa en un periodo de tres o seis años para rehacer su vida, no. He tenido la oportunidad de ser diputado (local por el PRD, en la vigésima octava legislatura 2005-2008), ahí pagan muy bien, es el único trabajo que he tenido fuera de la UAN, todo lo demás se lo debo a la Universidad.

Entrados en confianza, Luis Manuel Hernández Escobedo confiesa que como dirigente sindical ha tenido la oportunidad de hacer otro tipo de negocios.

“Por ejemplo, tuve la fortuna en otras épocas de ser gestor de más de mil créditos de INFONAVIT, institución que entregaba al promotor el uno por ciento del crédito otorgado, y salía el cheque a tu nombre.

“Todas esas casas venían sin cocina económica, nosotros se las hicimos casi a todas en una carpintería de nuestra propiedad a costos del 30, 40 por ciento menos que los ordinarios para ayudar a la gente.

“En otra época tuve la oportunidad de construir algunas casas con una recámara más en comparación a las de INFONAVIT, a costos muy por abajo del oficial. ¡Y ganábamos dinero!, pero nada oculto.

“Precisamente conservo copias fotostáticas de todos los cheques que INFONAVIT entregó a mi nombre de esos créditos, porque yo les vendía esas casas, eran de mi propiedad….

“Uno viene de familia producto de la cultura del esfuerzo, de profesores rurales que lograron la medalla “Maestro Altamirano” (condecoración que otorga el gobierno federal a maestros que se distinguen por 40 o más años de servicio efectivo docente) y que en su vida pudieron tener un bien, algún ahorro, que después les quedan a sus hijos, y esos somos nosotros mis hermanos y yo, que no somos muchos.

“Y todo eso ahí está. Afortunadamente lo tengo documentado para no tener preocupaciones.

A las críticas del mal uso de las cuotas sindicales, Luis Manuel Hernández Escobedo responde con la existencia de una buena administración.

Es el uno por ciento de sus percepciones sindicales el aporte de cada trabajador universitario al SETUAN.

“Aquí de cuotas se reciben alrededor de 80 mil pesos cada quincena, mientras que mantener el edificio sindical cuesta como 150 mil pesos quincenales ¿entonces, cómo le hacemos? Ah, tenemos con la Universidad convenios de apoyo, no es cierto que le pongo de mi bolsa, echaría mentiras.

“La Universidad nos apoya con base en acuerdos concretos, pero está bien documentado el dinero que nos ha entregado.

“Por ejemplo, lo entregado para la construcción de la primaria. Allí tenemos metros cuadrados de construcción que sustentan la inversión de más de 20 millones de pesos, mientras que la Universidad nos ha dado más de 10, ha patrocinado el patronato y nosotros lo demás, tenemos un crédito con nuestro propio banquito, que es nuestro fondo de préstamos.

“Y lo demás se ha realizado con imaginación y con la fuerza de los trabajadores de la UAN que nos han demostrado en los hechos que una obra de esa naturaleza, en costos reales, sale por debajo del 40 por ciento de lo que cuesta cualquier obra que haga el INIFE, por ejemplo, o el CAPFCE en su tiempo ¿por qué? porque ahorramos procedimientos de licitación y un montón de cosas, además mano de obra, pero razón fundamental es que nosotros no sobrevaloramos los materiales de construcción y metemos lo que son realmente.

El secretario general del SETUAN destaca la existencia de un consejo de representantes sindicales con puntual información de lo que se hace, además con facultad de autorizar, mismo que cada mes rinde informe a los trabajadores, al mismo tiempo afirma que obligadamente son al año dos las asambleas generales de información las que se realizan.

“Nosotros sí nos sometemos al escrutinio de nuestros representados.”