¿LES CUENTO ALGO?
Por: Bernardo “Venado” Macías.
Hoy en la mañana, en la esquina de Victoria y Juan Escutia, cerca de mi casa, me encontré a un joven, (luego me diría era médico recién egresado de la UAN), que me entregó un volante para “Jornadas Médicas Peña Nieto”.
Muy amablemente, me explicó que habría Toma de Presión Arterial; Chequeo de Glucosa; y Consulta Médica General. Seguramente por mi aspecto y edad, era muy enfático en invitarme: -Señor, estaremos después de las tres de la tarde en la Plaza de San Isidro, y las jornadas médicas son gratis-
(Hasta me adivinó la cartera vacía, eso me cayó bien).
Aprovechando la espera del cambio de luz en el semáforo, y a la sombrita de un laurel, no me quedó otra opción de preguntarle: -Oye, ¿te pagan por esta labor?-
Me miró y le inspiré confianza. –No, no me pagan ahora-, me contestó.
Y todavía añadió, como pidiéndome el voto a su modo, “sabe, estuve en Sector Salud, obtuve mi base antes de salir Ney, y soy de los amenazados con despido”. Y remata: “Tiene que ganar Peña Nieto para que podamos acomodarnos en el Sector Salud o en el Seguro Popular, de otro modo nos quedamos sin chamba, ésa es la promesa por la que andamos aquí”.
Otros tienen prometida plaza en SAGARPA, PROFECO, PROFEPA, CONAGUA o alguna otra delegación federal, pero tiene que ganar Peña Nieto para colocar a los basificados del sexenio anterior.
Guardé el volante en la bolsa trasera de mi pantalón. No lo tiré como regularmente lo hago con toda la basura electoral. Quizá vaya a checarme el azúcar y la presión en la tarde, Si salgo bien me comeré un tamal de puerco y una quesadilla. Me tomaré un atole de la taza a la boca y no untado con el dedo como lo administran los políticos.
Camino al centro pensando en los miles de jóvenes profesionistas que andan en esta campaña soñando con esa tan anhelada “chamba”.
En mi camino, pateo los botes que me encuentro; doy puñetazos a las paredes de las casas.
Trato de no saber que estoy en México, en Nayarit, en Tepic. Trato de no entender que seré juzgado por mis hijos y por la Historia por no hacer nada para evitar ésta desencantadora situación.
¿Por qué no hice la Revolución en mi tiempo, en mi circunstancia?
¿Por qué no dinamité Palacio Nacional la primera vez que lo vi, en 1972, cuando pude hacerlo?
No me alcanzó la pólvora de inteligencia ni el detonante en la mirada.
Me quedé con la metralla de odio en el pecho
Pido perdón por eso, Y NO ESPERO NI PERMITO RESPUESTA DE NADIE, NI DE DIOS NI DE LA POLICÍA…
Mail: venadomacias@hotmail.com
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