La vida no es más que un software; que va mejorando sus versiones y actualizándose
La gente no decide nacer, nos arrojan violenta e indeterminadamente a éste mundo. Crecemos, porque no podemos resistirnos y deliberadamente envejecemos. Morimos, porque no queda de otra, cuando el contrato que obligadamente firmaste antes de nacer se acaba, la muerte disfrazada viene y te pilla, dejándote sin más que nada.
Pero aún así vivimos con la errónea teoría de que tenemos un cacho de libertades; y nos vendemos la idea de que hacemos decisiones acertadas o no. De que somos capaces de elegir, entre muchas opciones.
Dicen que dios nos creó a imagen y semejanza, así como hemos creado las computadoras, a semejanza; basándonos en lo que somos. Si es así, la vida no es más que un software; que va mejorando sus versiones y actualizándose.
Y entonces, bajo éste supuesto; corremos un sistema establecido, creado; en base a pulsaciones, con bugs, caídas del sistema, errores de código, vulnerables. No hay nada variable, nuestras vidas están construidas en base a opciones implantadas con anterioridad; elegimos comer, caminar, dormir, huir, tenemos atajos y; como las máquinas, también acciones ejecutadas recientemente o con frecuencia.
Nos conectamos entre las demás, creyendo que esos lazos son especiales, únicos, irrepetibles; son como todos los otros en una amplísima variedad de unidades existentes.
Viviendo en un mundo tan binario, no queda más que aceptar la limitante realidad. Yo, creo; soy un sistema de código abierto (que me quede eso de consuelo).
Deja un comentario