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Este trabajo de Oscar González Bonilla fue considerado por el jurado calificador merecedor del Premio Estatal de Periodismo, en el género Entrevista. Fue publicado en octubre de 2012 y enero de 2013 en el portal www.nayaritaltivo.com

Rigoberto Ochoa Zaragoza

SUPUESTA DEUDA PÚBLICA QUE ALGUIEN ROBÓ

 

Por: Oscar González Bonilla. 

 

Rigoe¡Qué su gobierno intervino para desaforar en ese tiempo al diputado local del Partido del Frente Revolucionario de Acción Patriótica (PFRAP), José Luis Sánchez González, porque éste en tribuna se atrevió a decir que “El Piro” (Sigfrido de la Torre Miramontes, entonces secretario general de gobierno) era su mayate!

Antes de la respuesta, leve sonrisa se dibujó en la cara de Rigoberto Ochoa Zaragoza, gobernador de Nayarit en el periodo 1993-1999.

Meditar buen trecho me llevó hacerle esta pregunta, invadido por la incertidumbre de su reacción. Y aunque don Rigo es muy dado a la broma, siempre ha mostrado respeto a este reportero, que también en todo tiempo se lo ha ofrecido. Me parecía fuera de lugar, de mal gusto, por la justa apreciación entre ambos.

Habría que preparar el terreno. “Tengo una oficinita en el despacho legal de mis hijos, aquí me encuentras”, me expresó cuando vía teléfono celular concertamos la entrevista. Hacia allá me dirigí con un montón de pensamientos que revoloteaban en mi cabeza sobre acciones del gobierno de Ochoa Zaragoza. Mucho que cuestionar, pero me decidí por algunos temas en concreto.

Me planté frente a un edificio sobrio, de construcción modernista (ubicado en Tepic por la avenida Paseo de la Loma, entre el Sanatorio y Motel La Loma) pero al interior con el menaje límpido, justo el necesario para confort del visitante. La recepcionista permitió que pasara al piso inmediato superior. Al término de las escaleras me topé con cinco puertas, cuatro de ellas cerradas. Opté por ir hacia la de enfrente, al abrir supe que era el baño. Decidí por la primera de la izquierda, atiné, ahí estaba sentado Don Rigo en compañía de un amigo.

Me saludó de buen talante, incluso en la charla previa al arranque de la entrevista me pidió le hablara de tú, premio a largos años de amistad. Había que alentar su espíritu chocarrero, el chiste obsceno al que es muy proclive: Es verdad, don Rigo, que cuando joven usted pasaba por la calle León (por el rumbo del templo de San José), cargando en cada lado de la “burra” botes con menudo (su madre Sofía vendía el alimento) y los vagos del barrio le agarraban las nalgas, con toda facilidad porque llevaba las dos manos ocupadas y tampoco podía hacer algún movimiento ante el riesgo de tirar el menudo.

Asintió, no sin antes sonreír. Entrados en confianza, fue cuando don Rigo oprimió la cabeza de un hombrecillo de madera sobre su grande escritorio, que al bajar el barril enseña tremendo falo con cabeza colorada. Todos reímos, hasta su amigo, mudo testigo de la entrevista.

Pero el tema gancho fue el recurrente endeudamiento público de los gobiernos de Nayarit. El de Rigoberto Ochoa Zaragoza no está exento. Al finalizar, hace trece años, dejó deuda por 83 millones de pesos. Desde el comienzo del periodo la meta fue dejar cero deuda pública, sólo que un mal cálculo de oferta y demanda en el mercado del frijol, provocó un desbarajuste con el préstamo que por tal cantidad hizo el gobierno estatal. Sin embargo, don Rigo justifica con base en un diagnóstico por escrito de organismo de la Secretaría de Hacienda federal, realizado al final del mandato que categórico argumenta: cero deuda pública “directa”.

De entrada admite que no hay fórmula para evitar el endeudamiento de los gobiernos. Hace referencia que recibieron la administración con hacienda “muy apretada”, con créditos suspendidos por proveedores y banca, pero lo que es peor, sin ingresos. No obstante que en su apogeo se hallaba Tabamex, cigarrera La Moderna, los ingenios azucareros El Molino y Puga, industrias aunque pujantes en nada ayudan a la economía estatal, porque, el ex mandatario lamenta, los impuestos que generaban, de orden federal, se iban a México.

Ante la asfixia financiera, recurrieron al apoyo del presidente de la república, Carlos Salinas de Gortari, quien, frío, manifestó al gobernador que él debería buscar los mecanismos de solución. Cómo es posible que Nayarit pueda caminar sin muletas, fue la respuesta. No tenemos fuente de ingresos, porque la industria fuerte por ley dirige impuestos a la federación. Le hicieron saber al presidente que con ingresos propios ni siquiera alcanzaban a cubrir el gasto corriente, pagar la nómina de empleados, ni pensar en liquidar salario a los maestros estatales, mucho menos a los federales. Sin dinero para efectuar la más pequeña obra pública. “No tenemos de donde echar mano, usted como experto díganos qué hacer para mejorar nuestros ingresos”.

El presidente de la república los derivó con el secretario de Hacienda, Pedro Aspe, quien les reclamó fueran a pedir apoyo cuando no recaudan los impuestos aprobados por ley, condonan mucho que no deben condonar, no cobran lo que deben cobrar. Los sujetó al cobro de todo lo correspondiente para generar ingresos y entonces realizar el análisis de la situación para ver si les hacía falta dinero. Al final de gestorías y trámites ante el gobierno federal, Rigoberto Ochoa Zaragoza afirma que les condonaron la deuda pública de más de 180 millones de pesos, heredada del gobierno de Celso Delgado, 115 de deuda pública y el resto pago a proveedores y banca no oficial. “Haz de cuenta que nos quitaron una losa de la espalda, porque ya tuvimos dinero para programas de obra pública y resolver problemas más ingentes que fuimos encontrando en los municipios. De esa manera logramos que el gobierno federal nos apoyara, pero bajo el compromiso de no endeudarnos. En ese tenor nos mantuvimos durante todo el sexenio”.

Al término del gobierno, comenta don Rigo que en acuerdo con la Secretaría de Agricultura hicieron préstamo de más de 80 millones de pesos a los productores de frijol de Nayarit, que tenían almacenada la cosecha pero el grano sin precio. Con la aportación, las instituciones oficiales garantizaban pagar hasta siete pesos el kilo. Sin embargo, el producto no se pudo vender de inmediato y a la vez el precio del frijol cayó por importaciones del gobierno.

“Terminó nuestro gobierno y el adeudo por préstamo a los frijoleros, indebidamente lo metieron a deuda pública, pues no lo era. Cuando se vendió el frijol había dinero suficiente para pagar el adeudo que teníamos nosotros, sin embargo, se vendió el frijol y ese dinero no se supo dónde quedó, ese dinero se perdió. Incluso durante el gobierno de Toño (Echevarría Domínguez), éste mandó iniciativa al Congreso para que le condonaran el adeudo a los frijoleros, ellos no tenían deuda, se les pagó a siete pesos kilo y ellos lo dejaron pignorado. El frijol se vendió después ¿pero quién recibió el dinero? no supimos. Es un pendiente que me gustaría se investigara para saber quién se quedó con ese dinero, que motivó se incorporara a deuda pública. Nuestra satisfacción era dejar deuda en ceros, y ya no pudimos. Esa es la historia de la deuda pública en nuestro sexenio”.
LA INTERVENCIÓN DE LA POLICÍA FUE MI DECISIÓN, NO ME ARREPIENTO

Efectivamente, el gobierno de Rigoberto Ochoa Zaragoza intervino para desaforar a José Luis Sánchez González, quien desde el opositor Partido del Frente Revolucionario de Acción Patriótica (PFRAP) se había convertido no sólo en diputado incómodo, sino incomodísimo.

Con desparpajo relata quien fuera gobernador de Nayarit en el periodo 1993-1999, debidamente apoltronado en un sillón de piel, negro, en la oficina acondicionada en el edificio del despacho legal de sus hijos, sito en el paseo de La Loma en Tepic, donde ofrece audiencias martes y jueves a aquellos con interés de hablar con él de política y cosas peores.

También con desenvoltura Rigoberto Ochoa Zaragoza niega haya sido la gota que derramó el vaso la expresión en tribuna del diputado de oposición al PRI, en el sentido de que Sigfrido de la Torre Miramontes “El Piro”, a la sazón titular de la Secretaría General de Gobierno, era el “mayate” del gobernador.

Los golpes del legislador opositor contra el gobierno rigobertista eran constantes en cada sesión plenaria de la cámara, en tribuna su oratoria era calumniosa. “Eso que dicen de “El Piro” fue una de las mil cosas que dijo José Luis Sánchez”. Don Rigo reclamó al entonces líder del Congreso, Félix Torres Haro, que pasara esto en una cámara mayoritariamente priista. “Tiene que haber orden, tiene que haber disciplina, y eso te corresponde a ti ¿Y qué hay que hacer? No hay otra más que el desafuero”. Frente a la injuria, rijoso, fue por la venganza el gobernador de Nayarit. Sabía que el Congreso del Estado es parte del gobierno.

Rigoberto Ochoa Zaragoza sostiene que aprovecharon la circunstancia de que se presentaron más de sesenta demandas de compradores de lotes contra el diputado José Luis Sánchez González por la venta hasta tres veces el mismo lote, pues el declarante atestigua que el legislador se dedicaba a la invasión de terrenos. Se puso de pechito, se ubicó al margen de la ley. Incomodó al gobernador utilizar fuero para cometer ilícitos. Fue entonces que desde el poder se incitó el inicio del proceso de desafuero.

“Se estudió el procedimiento y vámonos. Al final él se fue, dijo que con gusto iría a la cárcel convertido en un Flores Magón, pero resulta que nomás se dijo que la Policía Judicial iría tras de él, y se perdió. Esporádicamente venía a Ixtlán del Río, pueblo de su vecindad, y de ello nos enterábamos. Entonces, le decía al Procurador que por ahí andaba el ex diputado, y le pedía que enviara la partida Judicial nadamás a preguntar por él. Se daba cuenta y de inmediato se pelaba otra vez”.

En 1995, José Luis Sánchez González fue separado por desafuero de la vigésima cuarta legislatura (1993-1996). Solo permaneció alrededor de dos años. En 1996 lo sustituye Javier Serna Calvillo, quien en Ahuacatlán era muy conocido por su oficio de panadero.

LA GASEADA A LOS PERREDISTAS

Un nutrido grupo de perredistas simpatizante del ingeniero Juan Ramón López Tirado, candidato perdedor del PRD a gobernador de Nayarit, se apostó en Palacio de Gobierno para impedir la entrada al edificio sede del Poder Ejecutivo al priista Rigoberto Ochoa Zaragoza, siendo ya gobernador pues fue declarado por la autoridad electoral triunfador de las elecciones de julio de 1993. Los perredistas con tozudez reclamaban fraude.

“Quedó plenamente, legalmente demostrado que la elección se ganó al dos por uno, porque yo saqué ciento ochenta y tantos mil votos, muy cerca de los ciento noventa mil, frente a noventa mil de López Tirado. Sin embargo, no aceptaron el resultado. Porfirio Muñoz Ledo, en ese entonces presidente del PRD, inventa lo del fraude y ese argumento lo pregonan nacionalmente, el caso Nayarit lo toman como bandera. Se dijeron robados”, afirma.

Comento al entrevistado mi idea de que él albergó resabio sobre el bloqueo, causó en su pensamiento repugnancia el edificio, nada quería saber de Palacio de Gobierno, donde esporádicamente despachó asuntos de su competencia, de ahí que inició un gobierno itinerante por los 20 municipios de Nayarit, que, confiesa, descubrió era el trabajo esperado por los nayaritas, “satisfizo, y por eso lo continuamos”. Visitaba hasta diez comunidades al día, reuniones donde surgían ideas y proyectos para obras, entre otras muchas cuestiones inherente al gobierno.

Dice don Rigo que resultó un exitazo el programa de 500 obras en 100 días, que al final fueron 569 diseminadas en todos los municipios, gracias al apoyo de Luis Donaldo Colosio, secretario de Desarrollo Social, quien incorporó a Nayarit a un plan de SEDESOL. “Nos convencimos que ese trabajo redituaba más políticamente, y nos dedicamos a llevar el gobierno a la gente, no la gente al gobierno. Desde allá, donde andábamos, resolvíamos los demás problemas. Allá tomábamos los acuerdos, las decisiones que se requerían para la solución o encauzamiento de los mismos”.

Aduce que en absoluto le preocupó la toma de Palacio de Gobierno, sencillamente porque desde antes tenía la convicción que este es un edificio más. “Es una casona. Estar dentro no es requisito para ser gobernador. Yo no tuve la obsesión, como la tuvo mi amigo Fausto Zapata en San Luis Potosí, que no se sentía gobernador si no estaba en Palacio, quiso entrar con el poder que da la fuerza pública y le costó la gubernatura. No, yo me quedé convencido que la gente, los nayaritas, querían tener el gobierno cerca”.

Al argumento de que también él uso la fuerza pública para el desalojo de perredistas, Ochoa Zaragoza apela a la razón de Estado para justificar la acción bajo el argumento de que fue respuesta a los hechos violentos de los simpatizantes de López Tirado. Volcaron una camioneta de la policía judicial del Estado, elementos de dicha partida fueron golpeados, apedreados e injuriados. Posteriormente intentaron echar abajo la puerta para ingresar a Palacio de Gobierno, pero ante la resistencia de la policía agredieron con palos, piedras y machetes. Asegura el gobernador de esa época que hasta hubo algunos disparos. ”Hubo bala, hubo bala, no precisamente de la policía, sino de los otros. Ellos iniciaron la agresión”.

“¿Qué hacer? Parte de elementos policíacos se encontraba acuartelada en el patio de palacio que tiene salida por la calle Veracruz. Había que repeler la agresión. De la defensiva pasamos a la ofensiva. Sí, prohibimos el uso de las armas, sólo utilizar la macana, los gases y lo que se pueda, pero nada de llegar a los balazos, y les pegaron”. Los gases provocaron lo que siguió: garrotazo vil, aderezado con corretiza. Santo remedio. Ya no regresaron.

“No me arrepiento de esa decisión, yo la tomé”, lo manifiesta pese a estar bien consciente que esta acción afectó la imagen de su gobierno. Recuerda que ese día estaba de gira por el municipio de Xalisco, “cuando a la hora de la comida, como a las tres de la tarde, me informaron que había la amenaza de tomar Palacio de Gobierno”.

NINGUNA RESPONSABILIDAD TENGO EN LA DERROTA DE LUCAS VALLARTA

“Bueno, ese pecado todavía lo sigo pagando”, expresa con resignación Rigoberto Ochoa Zaragoza.

Quise saber su opinión sobre la relación de su gobierno con los medios de comunicación, pero en particular llamó su atención el tema del periódico Realidades que asumió una posición informativa muy crítica.

Dejó entrever que la desavenencia tuvo su origen en razón de dinero, el gobierno estatal no quiso continuar con el convenio de publicidad que al periódico representaba enorme fuente de ingresos.

En contraposición a la campaña de censura a las acciones de gobierno emprendida por Realidades, Rigoberto Ochoa Zaragoza da a saber: “Nosotros quisimos taparle a Realidades todos los posible ingresos que pudiera tener del gobierno y de particulares que tenían con ellos contratos de publicidad. Con base en la relación que la Secretaría Finanzas poseía sobre quienes tenían convenios y contratos con el Realidades, les hablamos y les pedimos que los cancelaran.

“Lo asfixiamos económicamente, casi se acabó, pero vino un proceso electoral y los candidatos le dieron aire, Realidades resurgió. Y desde entonces, estoy resintiendo. Ese pecado todavía lo sigo pagando”.

Denota quien fuera gobernar de Nayarit durante el sexenio 1993-1999 que la acción punitiva contra el periódico Realidades no fue la adecuada, que se equivocó. A trece años de haber concluido su mandato, aún lamenta su error.

Rigoberto Ochoa Zaragoza sostiene que con ningún otro medio de comunicación, ni escrito o electrónico, tuvo problemas.

Aprovecho para señalarle que durante su gobierno, en diciembre de 1995, yo fui despedido como director de noticiarios de la empresa local televisiva XHKG, donde además fungía como conductor del programa noticioso nocturno “Al Momento”, por intervención directa de la oficialidad de ese entonces.

Lo negó. “Jamás intervenimos en los asuntos de sindicatos nacionales. Esa es la receta para mantener la unidad en la CTM: no tocar, no intervenir en los asuntos internos de cada sindicato, en lo absoluto. Yo no recuerdo que me hayan comentado, que me hayan pedido o me hayan planteado, o que nosotros hayamos determinado, hacer tal o cual cosa. En el caso de la radio, o en cualquier otro caso de sindicatos federales, jamás nos metimos con la radiodifusión, jamás con nadie. Ese fue un respeto que mantuvimos durante mucho tiempo”.

Pero al comprobar que hablaba como dirigente de la CTM de Nayarit y no como gobernante, insistí. Trascendió, yo lo supe, que funcionarios de su gobierno, entre ellos los de relación directa con Prensa a cargo del licenciado José Trinidad Espinoza Martínez, tuvieron cónclave para decidir mi despido junto con el concesionario del canal televisivo.

“No, no, en lo absoluto. Jamás tuve una plática con los Mondragón que pasara de diez palabras, saludarlos, como estás, bien, y ya. Jamás, ni ellos recurrían a mí, ni yo a ellos, porque sus relaciones las manejaba el sindicato nacional, entonces cualquier problema que se presentaba en la industria, era el sindicato nacional quien intervenía, si era necesario”.
GOBIERNO PRIISTA PIERDE EL PODER

Rigoberto Ochoa Zaragoza se auto exime de toda responsabilidad por la derrota del candidato del PRI, José Lucas Vallarta Robles, frente a Antonio Echevarría Domínguez, aspirante al gobierno de Nayarit abanderado por alianza de partidos en la que estuvieron representados PAN, PRD, PT y PRS en las elecciones de 1999. Correspondió al gobernador priista entregar el poder al candidato opositor. No siente deshonra.
De tajo rechaza que la votación adversa al PRI sea la calificación a su gobierno.

“Con antelación se aceptó que el trabajo de gobierno garantizó el 50% de los votos, el otro 50% correspondía al partido y candidatos. Sin embargo, se perdió y a mí me cargaron el costo de la derrota, me la cargaron porque yo, inocentemente, en una entrevista que me hizo un periodista de México, declaré que ese resultado había sido seguramente porque la gente no había aceptado nuestra forma de gobernar, que no quedaron satisfechos, quedaron inconformes, que por eso habíamos tenido el voto en contra. Ah, pos de ahí se agarraron todos para decir este fue el responsable. Y yo lo hice para acabar con los comentarios, para acabar ya con todas las críticas, sin embargo fue al revés.

“Pero definitivamente es un ejemplo que no debe repetirse, en ningún proceso electoral. Hubo ocho aspirantes (al gobierno de Nayarit, en el 99), lo que quiere decir que el voto del partido (PRI) se partió en ocho pedazos, por tanto no tuvimos los votos suficientes para superar los que obtuvo la alianza”.
GILBERTO MARTÍNEZ, TESORERO, A LA CÁRCEL

Califica don Rigo como injusticia el hecho de que su secretario de Finanzas, Gilberto Martínez, pisara la cárcel durante el gobierno de Antonio Echevarría Domínguez, con lo que echa abajo versiones de enriquecimiento ilícito y posible venganza del nuevo mandatario estatal en mención.

“Gilberto fue detenido ilegalmente, porque no había ni orden de aprehensión. Estando él preso, se le cargaron muchas cosas inventadas. Calcularon un monto de muchos millones de pesos que comparados con sus ingresos, era difícil justificarlos. Aunque para él hubiera sido fácil salir de la cárcel bajo fianza, no quiso la libertad hasta en tanto se demostrara su inocencia. Y fue bajando, fue bajando, lo que comprobaba paso a paso que no era real lo que se le achacaba. Todavía le quedaba, por último, una cantidad de un millón y feria de pesos para pagar y terminar el conflicto, pero dijo no, yo sigo insistiendo. Al final quedó libre, salió de la cárcel sin ninguna responsabilidad, salió limpio”.

Por qué será que en Nayarit cada gobernante que asume el poder no quiere saber nada de su antecesor, aún siendo del mismo partido, menos cuando no lo es. Nada que huela al anterior, incluso cometen acciones de revanchismo político, de cacería de brujas.

“No sabría explicar. Son actitudes derivadas de la condición humana, no hay estudios científicos u opiniones calificadas de psicoanalistas que pudieran precisar a qué se debe esa situación. Lo que si te digo, es que los que llegamos pensamos con toda justicia que fuimos electos por ser los mejores, que vamos a mejorar las condiciones, que vamos a ser mejor que los anteriores. Esa es una aspiración de todo gobernante”.
YO NO ROBÉ, TAMPOCO TENGO CARGOS DE CONCIENCIA

Logró Rigoberto Ochoa Zaragoza al comienzo de su gobierno la constitución de nuevo fondo de pensiones para los trabajadores al servicio del Estado, hoy le lastima, le parte el alma, saber que más de 700 millones de pesos se los llevó el diablo, se perdieron durante 2011.

Relata que por indicaciones del presidente Carlos Salinas, quien supo de las penurias económicas del gobierno de Nayarit, sobre todo que el pago de pensiones a burócratas absorbía mayor parte del presupuesto dejándolo sin oportunidad de realizar la más pequeña obra pública, se entrevistaron con el subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda, Francisco Gil Díaz, a quien plantearon la idea de crear un fondo de pensiones. Háganlo, y luego platicamos, fue la respuesta de Gil Díaz.

“Entonces le pedí, agrega don Rigo, al licenciado Ricardo García Sainz, quien fuera secretario de Programación y Presupuesto y director general del IMSS, experto en la materia, nos apoyara para integrar un proyecto de fondo de pensiones. Dijo que sí, por razones de trabajo no tuvo tiempo, pero nos mandó a San Luis Potosí con un amigo de él, quien nos hizo el proyecto”. Documento en mano, regresaron con el subsecretario Gil Díaz. Aprobó el proyecto y al mismo tiempo apoyó con un fondo semilla de 200 millones de pesos. “Y así empezamos”.

Cuando le pido diga cuál es la obra que considera de mayor trascendencia durante sus años de gobierno, Rigoberto Ochoa Zaragoza, sin titubear, señala el fondo de pensiones. “Me aprecio haber constituido el fondo de pensiones, ejemplo nacional. Fue tomado como una valiosa idea, muy completa, para que los demás estados del país intentaran integrar fondo para jubilaciones.

“Me costó mucho trabajo convencer a burócratas y maestros estatales, no querían, porque las jubilaciones salían del presupuesto del gobierno, pero el gobierno ya no tenía dinero. Entonces, analizamos muy bien la ley, que instituyó el compañero Emilio (González Parra), y en ella encontramos una cláusula que a la letra decía: Para el pago de jubilaciones se creará un fondo con la participación del gobierno y de los trabajadores. Pero nunca se constituyó, de tal suerte que el dinero para pensionar salía de las arcas de la tesorería estatal. Por eso dijimos, si seguimos así el próximo gobierno no podrá tener un centavo para obra pública”.

Recuerda don Rigo que para un quince de mayo, Día del Maestro, ante la presencia del dirigente nacional del magisterio, durante el acto oficial, lo acusaron de no pagar pensiones. El gobernador abordó la tribuna para dar amplia explicación sobre la suspensión del pago, pero además aprovechó para hablar de las bondades del fondo de pensiones, de manera tan convincente que terminó la resistencia de los inconformes.

“El fondo tenía vigencia hasta el 2027, término al que se aconsejaba revisar para determinar si era necesario aumentar la cuota o sostener la misma cantidad. En enero de 2011 el fondo tenía más de 700 millones de pesos. Y de enero a julio, luego que entró el actual gobierno el dinero se perdió. Los 700 millones de pesos se perdieron, y es lo que más me ha dolido. Una cosa tan importante, que nos costó tantos esfuerzos, que nos dio tantas satisfacciones, ahorita esté en quiebra. Yo no digo que se hayan robado el dinero, lo que sí aseguro es que lo emplearon en otras cosas, en obras, en otras necesidades”.

Enlistó también algunas obras realizadas durante su gobierno como el puente de Santiago-La Presa, la carretera Amatlán de Cañas-Uzeta, el edificio del Tribunal Superior de Justicia, el edificio del DIF, la primera ampliación del Congreso del Estado. “Si nos ponemos a esculcarle encontraremos muchas cosas importantes”.
EXCELENTE SALUD FÍSICA COMO MENTAL

A sus 77 años de edad, ¿qué hace para tener calidad de vida?, le pregunto. Me contesta que se acostumbró a dejar los problemas en el sitio adecuado. Si tenía problemas familiares los dejaba en su casa, no los traía consigo. “Yo siento que mantener orden, hacer ejercicios, estoy en el programa de PREVEIMSS, cada mes nos checan médicamente, vigilan nuestra salud. No creo haber hecho nada extraordinario para estar como estoy, me siento física y mentalmente muy bien”.

Rigoberto Ochoa Zaragoza expresa palabras con amor que no ensucian el lenguaje, lenguaje no de carretonero que muchos le endilgaron, para mencionar que también es suma su satisfacción de caminar por las calles, sobre todo de Tepic, y saludar a sus amigos y a medio mundo. Su pretensión es que cada vez más vaya quedando en el olvido todo lo que se dijo de su gobierno.

“Me acusaron de tener hoteles, de tener gasolineras, de tener empresa, tener terrenos, de haber robado mucho dinero, yo digo ¿dónde está? El dinero puede esconderse, pero el gasto no. Yo vivo en la medianía, vivo en el mismo barrio (al oriente de Tepic), tengo la misma forma de vivir. Vivo tranquilo, en absoluto tengo cargos de conciencia. Creo haber hecho lo que humanamente pude, y no hay nada de lo que me arrepienta, nada que me persiga, nada que me destruya moralmente, creo que eso es importante”.

Entrevista a José Luis Sánchez González:
RIGOBERTO FUE GOBERNADOR AUTORITARIO, REPRESOR Y COBARDE

José Luis Sánchez GonzálezRigoberto Ochoa Zaragoza como gobernador de Nayarit (1993-1999) fue arbitrario, prepotente, represor, corrupto, autoritario, cínico, inmoral, irrespetuoso y cobarde.

Sentimiento saturado de rencor evoca José Luis Sánchez González, quien en 1994 fue desaforado por mediación del mandatario estatal en cuestión como diputado a la vigésima cuarta legislatura, a donde llegó abanderado por el opositor Partido del Frente Revolucionario de Acción Patriótica (PFRAP).

En los meses finales del año anterior (2012), José Luis Sánchez González había prometido a este reportero entrevista para dar respuesta a lo dicho por Rigoberto Ochoa Zaragoza a mediados de octubre pasado, sobre el desafuero que adquirió relevancia política en el mandato del cetemista, tal que en Nayarit no se ha repetido este suceso.

No había sido posible la entrevista, razón a la residencia de José Luis en Guadalajara, Jalisco, ciudad donde se autoexilió desde 1994. De manera intermitente viene a Tepic, siempre por motivos políticos. El encuentro ocasional sucedió después de que aquel participó este jueves 17 (enero de 2013) en el plantón frente al edificio de la Cámara de Diputados, efectuado por habitantes del municipio de Bahía de Banderas que exigen la revocación de mandato al alcalde del lugar, Rafael Cervantes Padilla.

En la entrevista de octubre, Rigoberto Ochoa Zaragoza admitió que desde su gobierno se fraguó el desafuero de Sánchez González porque, dijo, se había convertido en un diputado incomodísimo, en tribuna no desaprovechaba oportunidad para desacreditar al gobierno, su oratoria era calumniosa.

Agregó que además aprovecharon la circunstancia de la presentación de más de 70 demandas de compradores de lotes contra el diputado opositor por la venta hasta tres veces del mismo lote, se dedicaba a la invasión de terrenos. Se nos puso de pechito, exclamó el mandatario.
También con desenvoltura Rigoberto Ochoa Zaragoza niega haya sido la gota que derramó el vaso la expresión en tribuna del diputado de oposición al PRI, en el sentido de que Sigfrido de la Torre Miramontes “El Piro”, en ese tiempo titular de la Procuraduría General de Justicia, era el “mayate” del gobernador.
SE ABUSÓ DEL PODER EN MI CONTRA

En el encuentro periodístico actual, José Luis Sánchez González manifestó que el entonces gobernador Rigoberto Ochoa Zaragoza lo reprimió con abuso del poder, “porque es un cobarde; utilizó en mí contra Procuraduría y Tribunal de Justicia porque no me arrodillé frente a él, porque como diputado no avalé sus acciones arbitrarias y deshonestas. Por esa razón, porque no agaché la cabeza, porque alcé la voz y lo denuncié, así como al “Piro”, me persiguió con mucha saña y mucho odio”.

En su defensa alega que le montaron sinnúmero de averiguaciones para criminalizarlo en delitos que asegura no cometió. “Fue público que mi actuación era la de un luchador social que siempre dio la cara y valientemente enfrentó al gobierno priista”.
EL PUEBLO TERMINÓ VOMITANDO AL PRI

“Leer sus declaraciones me resulta lastimoso, porque todo el mundo sabe que Rigoberto terminó su sexenio repudiado por el pueblo, tan es así que el PRI perdió la gubernatura (en 1999 ganó alianza de partidos que postuló su candidato al empresario Antonio Echevarría Domínguez), la gente estaba harta de tropelías y raterías de Ochoa Zaragoza, terminó vomitando al tricolor.

“La mayoría de los nayaritas en las urnas se pronunció por Antonio Echevarría, quien no era la opción de un cambio verdadero, pero en ese momento significó la posibilidad de desahogo del descontento e inconformidad del pueblo en contra del gobierno dictatorial, y diría hasta tiránico, de Rigoberto Ochoa Zaragoza”.
PIEDRA EN EL ZAPATO

Sánchez González acepta haber sido para el gobierno rigobertista la piedra en el zapato, no podía ser de otra manera pues era diputado opositor. “No debió extrañar mi conducta, lo que pasa es que Rigoberto estaba acostumbrado a que todo el mundo le rindiera pleitesía y se postrara a sus pies, pero eso conmigo no les funcionó a pesar de ofertas e incluso amenazas intimidatorias, pero jamás me doblegaron”.

Asegura que el odio del gobernante en su contra tuvo su génesis el día de su toma de posesión, en el acto del Teatro del Pueblo rindió protesta ante el presidente Carlos Salinas de Gortari, donde José Luis lo interpeló al grado de aguar la fiesta.

“A raíz de esa conducta irreverente mía, empezó a gestarse una ofensiva en mi contra con base en el control que ejercían del Poder Judicial, de la Procuraduría de Justicia y de los medios de comunicación para presentarme con bandolero, como vival, cuando se trataba de un combatiente político que no había agachado la cabeza ante el gobierno dictatorial.

“Se dieron a la tarea de maquinar averiguaciones penales en mi contra y partidizar la justicia para darme un escarmiento y, de ser posible, refundirme en las profundidades de este planeta, porque me giraron 18 órdenes de aprehensión, ni el Chapo Guzmán las ha tenido como yo en ese tiempo. Querían aniquilarme, destruirme, desaparecerme de la vida política de Nayarit y del globo terráqueo, eso me obligó al autoexilio en Guadalajara.

“Combatí y denuncié al mal gobierno de Rigoberto Ochoa Zaragoza, y el precio que tuve que pagar fue abandonar mi tierra y posteriormente encarcelamiento. Pero ni el desafuero, la persecución, el exilio ni la cárcel me doblegaron, y la prueba es que aquí estoy, mientras que Rigoberto se encuentra en el basurero de la historia”.
RIGOBERTO, GOBERNADOR CORRUPTO

El militante de la izquierda sostiene que el priista Rigoberto Ochoa Zaragoza hizo fortuna con base en la corrupción consustancial al ejercicio del poder. Es propietario de varias fincas y negocios en Tepic, mientras que terrenos y mansiones de playa en lo que hoy se conoce como la Riviera Nayarit, pero como propietarios aparecen legalmente prestanombres. “No es pendejo, todo lo cubrió muy bien, lo legalizó valiéndose de terceros para ante la sociedad surgir como blanca palomita. Rigoberto, además de todo, fue un gobernador corrupto”.
PADECE LEUCEMIA

A los 54 años de edad, con diagnóstico médico de padecer leucemia, José Luis Sánchez González no aspira a un cargo de elección popular. Como militante del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y de su ala radical Unidad Popular de reciente creación en Nayarit, pretende con su modesta experiencia y capacidad “contribuir a la concientización, organización, movilización y lucha por un cambio de la vida económica, política y social del pueblo de Nayarit”.

“He sido militante de la izquierda, sigo soñando con la posibilidad de una sociedad más justa, más humana, más fraterna, más solidaria, más libre, incluso hasta socialista, porque no, la última energía de mi vida la dedicaré a ese propósito. Lucharé por la liberación y felicidad de mi pueblo, y no sé a dónde esto nos pueda llevar: al poder público o a la cárcel. Estoy preparado para lo que venga”.

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