Cierre de la tercera quincena del año.
Por: José Ma. Narváez Ramírez.
A muy duras penas estamos cerrando la tercera quincena del año y después de celebrar el día de San Valentín haciendo gastos con mucha dificultad, estamos empezando la cuarta del mes más cort de los doce y el posterior al de la cuesta…
Pero los comerciantes emprenden una nueva etapa de promociones –acuachados por el gobierno- para brindar al cliente “más oportunidades” y hacerlo que gaste lo que no tiene en un sin fin de ofertas “para que ahorre” y para que supuestamente compre todo lo que esté a su alcance hasta que se le acabe el dinero o el crédito… que ya anda por la calle de la amargura… En especial el de los campesinos, que siguen recibiendo puro atole con el dedo y los hacen declarar que están en Jauja cuando ya casi viven de arrimados en su propia casa…
A mediados de febrero nos cayó “el día del amor y la amistad” como para darle la puntilla al mini-asalariado, vimos a nuestros chavos cargar con ramos de flores, corazones de plástico, monos de peluche y un sin fin de chucherías que “representan” los buenos sentimientos de los jóvenes… y los buenos billetes de éstos –y de sus padres- que mañana verán en la basura hacinada en montones en las esquinas, los regalos de vistosos colores que se repartieron al desgaire entre ellos, comprados con la lana de sus progenitores…
Ahora se preparan para asistir a los eventos de la feria –que serán supuestamente gratuitos-. Y decimos supuestamente, porque se pregona que los pagarán las grandes firmas que se llevan los dineros de todos nosotros después de hacernos brindar por la alegría y el destrampe o despiporre… momentáneo. La euforia pasajera de cada año convertida en la realidad de unos tragos de alcohol y unas rolas cantadas por los “artistas del momento”… Los que cargan con las carretadas de billetes que reparten entre aquellos que los contratan o les permiten actuar en sus foros… dizque del pueblo…
Y por otro lado están los reyes de la pelota, en los juegos de futbol o de béisbol, que se pasan por la televisión entre los gritos de los animadores… O los emperadores del guante echando catorrazos también por la televisión, cobrando cheques de seis ceros que salen de los bolsillos de los telemirones que sin querer queriendo pagan por consumo de imágenes… Porque ahora se nos cobra hasta por ver la tele, aparte de que tenemos que soportar los anuncios entre uno y otro espectáculo furris…
De ahí póngale la otra cara de la caja idiota: las telenovelas… Plagadas de escenas que escurren violencia, entre las de besos, arrumacos, amores prohibidos, chuecos, derechos y todo envuelto en droga y asalto… pleito y jotería…
Ahora agréguele los programas “familiares” en los que se ventilan asuntos gruesos de situaciones de individuos comunes y corrientes, que obligados por la necesidad y la miseria, incurren en graves circunstancias que son dirigidos por las “divas” de la “tele-chismería”, como la Azuara o Laura Bozzo… Que las regañan y ya les pegan a las sufridas víctimas…
Y para darnos la puntilla, se vienen los programas de noticias a granel, que son encabezados por comunicadores chafas que dicen lo que les pagan por decir, y que a pesar de que nadie nos tiene a fuerzas para escucharlos o verlos, nosotros caemos en ese juego porque los preferimos a leer un buen libro o pasar el rato atendiendo a nuestra familia como debiéramos. Optamos por escoger la fácil comodidad de sentarnos a ver y oír estupideces a la difícil sapiencia de buscar nuestra superación… Y terminamos con la frase de “por eso estamos como estamos”…
Control… Señores… Control… Hemos llegado a aceptar a nuestras autoridades porque ya no nos queda ni protestar… Consideramos que está bien que nos saqueen, mientras nos dejen echarnos un taco de frijoles y un trago de cerveza o de vino entre pecho y espalda… Ya nadie se acuerda de los valores que llevaron a nuestros libertadores a luchar por nuestra independencia y a echar fuera de este mundo a los traidores y a los vende-patrias… Que siguen muy orondos y lirondos echando saliva sin ton ni son… Y hasta se la creen, los muy vivos…
Así andamos…
Contacto: 311 158 66 55.
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