“Yo Soy 132”, genial impostura del PRD

Crónicas Políticas

 

Por: Luis Ignacio Palacios. 

 

En estos meses de pre y de campañas de los candidatos a presidente de la república, se ha incurrido en uno de los efectos perversos del uso de las encuestas y sondeos electorales, el que los partidos políticos, sus aliados y dirigentes lo estén utilizando como instrumento de propaganda y de inducción del voto, es la completa desnaturalización de esta metodología, que desde su creación es un importante instrumento para la contienda electoral.

Pareciera que en este México que se debate aún en la búsqueda de su identidad perdida, todo lo bueno que aporta la modernidad del mundo occidental, lo echa a perder, al darle el singular sentido de la manía acumulada de comportarse como gandalla, sin respeto alguno a los procesos civilizatorios que hoy campean en la sociedad contemporánea.

En el Pri, construyeron el edificio de su candidato Enrique Peña Nieto, de un modo tal que aprovechando las obsolescencias del PAN, les ganaron la primera etapa de posicionamiento en el imaginario colectivo electoral; de acuerdo, empero, asumieron que era inevitable el triunfo de su figura, por la contundencia de las cifras, los diferenciales mayúsculos que se dieron al arranque formal de la campaña; y con esa pasión para los yerros, se desinteresaron por el comportamiento de los otros candidatos.

Hasta que llegó el viernes negro del acto de la Ibero, con sus estridentes universitarios y con la descalificación de la autoría y origen de la protesta, la protesta se diseminó en las universidades y en espacios de opinión de la sociedad y de los medios, de tal modo que evidenció no solo que su candidato era vulnerable, habiendo ya pasado las pifias de la FIL en Guadalajara, sino que la dirigencia nacional y los operadores del war room de EPN, tardaron tiempo en racionalizar los hechos, saben ahora que se enfrentan a un muy bien orquestada campaña armada, importada y financiada por el PRD del Distrito Federal.

Ya son varias las filtraciones de informados columnistas de los diarios del DF que han puesto al descubierto que el movimiento “Yo soy #132” es un modelo de lucha política que importaron de Chile, con dinero sin límite y protegido por el gobierno perredista del DF; sus cabezas visibles son entre otros, candidatos a las Delegaciones de la ciudad capital, por el partido del Sol Azteca, el hijo del “secretario de turismo” del gabinete de Amlo; así como otros hijos de empresarios de Nuevo León, que están aliados al Mesías tropical.

Parte de la sorpresa que tomó a la ciudadanía es que el “Yo soy #132” se asume como movimiento espontáneo e independiente y que tiene como premisa el rechazo absoluto de los medios masivos de comunicación, y “apolítico” no alineado a ningún partido o candidato. Siguieron el mismo librito de lo que hicieron en Chile y helos ahí, ahora como un factor de corrosión social por lo altisonante de sus proclamas y subyacentemente, al destruír la imagen de EPN en la clase media emergente, en los nuevos votantes, capitalizan la natural tendencia de estos electores, no votan por el Pri, ni por el partido del gobierno en turno, llevan el flujo de inconformes hacia el Prd de Amlo.

NOMBRES

Marcos Enriquez Ominami el ex candidato presidencial de Chile, en los recientes comicios, hijo de un miembro del MIR, asesinado por Pinochet, llegó a México desde el año pasado, para contactar con los grupos disociados de los partidos de las Universidades privadas; se acerca a Manuel Camacho para el diseño del movimiento que busca reventar a EPN, y el ex regente le puso a su operador Manuel Solares, activista del magisterio; aparece el ya no joven Epigmenio Ibarra, cineasta de Amlo y ligado desde siempre a La Jornada, el diario que no ocupa señalamientos para saber a quien apoya desde siempre.

Miguel Torruco Garza, vinculado a los delirantes del CEU de la UNAM, así como Gerardo Cornejo de la UANL; y para cerrar la información que ya anda en las redes sociales de la web, MEO –como le dicen en chile a Marcos Enriquez Ominami- es parte del staff de Luis Costa Bonino, ¿quién es este señor..? el responsable del pase de charola con los empresarios por seis millones de dólares, para que “Andrés Manuel gane la presidencia de la república..”

Costa Bonito, es uruguayo, profesional del marketing político, dicen que solo cobra por resultados, y ha sido asesor de los candidatos de izquierda de América Latina;

según la grabación de la reunión del 24 de mayo dada a conocer por EL UNIVERSAL, Costa Bonino conoció a López Obrador una noche de febrero, por ahí de las 21 horas, el encuentro se alargó hasta pasadas las dos de la mañana. El uruguayo no se regresó a su país e inició un plan de tres ejes en el que la reconciliación con las bases partidistas, la militancia, los empresarios y la iglesia era prioritaria para entonces reconciliarse con los ciudadanos.

Desde entonces, Costa Bonino busca dinero para López Obrador a quien sí le cree, y a quien, dice, llevará a la victoria, pues en México las encuestas son impuestas; este es, pues, el estercolero en que ha convertido el escenario electoral, la ambición desbocada del dogmático Mesías tropical, engatusando a los inexpertos universitarios, que en la imitación extralógica surgen “espontáneos” en las capitales de los Estados, llevando la movilización anti-Epn a niveles de franca provocación, ahora van en la etapa de apedrear las camionetas del convoy del mexiquense.

¿Usted le cree a López Obrador, el “amoroso” candidato..?

 

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