Autor: Enrique de Aguinaga Cortés

  • ¿Qué comían nuestros antepasados nayaritas?

    ¿Qué comían nuestros antepasados nayaritas?

    Cuando los huesos y dientes hablan.

    Crónicas del Estado de Nayarit

    Al principio, los antiguos nayaritas vivían en la costa y poco a poco se fueron a vivir al altiplano de nuestro Estado. Vivían en pequeños grupos de cazadores-recolectores que obtenían la mayor parte de sus alimentos de la caza y regían su vida por las estaciones naturales del año: Comían carne durante todo el año, las vainas y renuevos de plantas las comían en la primavera, y las semillas las añadían a su dieta en el verano, y para el otoño lo que prevalecía para comer eran las frutas.

    Los antiguos nayaritas pescaban, cazaban, cultivaban plantas y recogían y procesaban vegetales, elaborándolos de diferentes maneras para alimentarse diariamente.

    El hecho cotidiano de comer no se restringía, como en los pueblos más primitivos, a obtener lo que su medio natural les ofrecía. ¿De dónde llegaron aquellos primeros “concheros”?… Nadie aun ha respondido a esta pregunta.

    Cuando llegaron por vez primera los españoles a esta tierra –Francisco Cortés de San buenaventura-, allá por el año de 1524, constituían ya una muy numerosa población dispersa en toda la costa y altiplanicie del ahora Estado de Nayarit, divididas en diversos grupos étnicos y con lenguajes y costumbres diferentes, pero hermanados en gran parte por la alimentación que consumían.

    Estos antiguos pobladores contaban ya con una gran variedad de productos y de platillos, a pesar de que muchos historiadores e investigadores nos señalan que tan solo tenían una cocina limitada.

    La dieta de los “nayaritas prehispánicos”, tenía como base una “tetralogía” de productos, es decir, se sustentaba en cuatro productos básicos, que eran: maíz, chile, calabaza y frijol.

    El maíz proporcionaba la base energética, el chile y la calabaza las vitaminas y el frijol la proteína; pero la gran variedad de sistemas ecológicos que esta tierra tenía y tiene aún, y la adaptación humana a ellos, les permitió el poder aprovechas también de una abundante flora y fauna. Comían aves, peces y gran variedad de productos acuáticos, así como animales silvestres y algunos domesticados.

    Cazaban y comían venados, pecaríes –que les llamamos jabalís, por ser muy parecidos al jabalí europeo-, zorrillos, mapaches, zarigüeyas, tlacuaches, tejones, armadillos, iguanas, culebras, guajolotes y perros.

    El pecaríes, tenía una carne parecida al del cerdo, desconocido en aquella época para aquellos primeros nayaritas, pues el cerdo lo trajo a Nayarit Don Nuño Beltrán de Guzmán.

    Tanto los pecaríes como los zorrillos, tienen unas glándulas que, de no quitárselas, apestan la carne. Estas glándulas, ubicadas en la espalda del pecaríes y en la región anal del zorrillo, expelen un líquido fétido y penetrante, por lo que los antiguos cocineros nayaritas, debían de retirarles dichas glándulas inmediatamente después de haber sacrificado al animal, sino querían que se les contaminara toda la carne y apestara. Los nombres de ambos animales fueron señalados con nombres náhuatl y así reconocidos. Al pecaríes se le llamaba “coyámetl” y al zorrillo “épatl”.

     

    De los armadillos, muy poco conocemos y no contamos con ninguna fuente que nos hable de cómo lo preparaban aquí en el actual Estado de Nayarit, para comerlo. Solamente encontramos una borrosa anotación de que el señor Obispo Landa los había descrito de la siguiente manera:

    “…es un lechoncito recién nacido con manezuelas y hocico y es gran hozcador, está todo cubierto de graciosas conchas que no parece sino caballo encubertado, con sólo las orejuelas y los pies y manos fuera, y su pescuezo y testera cubiertos de conchas; es muy bueno de comer y tierno”.

    El nombre del armadillo fue también dado en náhuatl y era el de “ayotóchtli”, que significaba: “conejo-tortuga”, debido a que su tamaño era el de un conejo, pero poseía la caparazón parecida a una tortuga.


    (Enrique S. De Aguinaga Cortés. Historiador-Investigador Ayuntamiento de Tepic. SUTSEM).


     

  • Crónicas del Estado de Nayarit

    Crónicas del Estado de Nayarit

    Cien años de corrupción en Nayarit 1917 – 2017

    Un acercamiento historiográfico

     

    por: Enrique S. De Aguinaga Cortés.

     

     

    Para sintetizar lo más posible sobre ¿Qué nos cuenta nuestra historia sobre la corrupción? Recordemos parte del contenido de las páginas del diario del explorador, geógrafo, etnógrafo y humanista ruso Ferdinand P. Wrángel, en el año de 1833 (“De Sitka a San Petersburgo a través de México: diario de una expedición” y que cuando llegaron a San Blas y a Tepic en 1833, escribió:

    “En Tepic no hay escuelas ni maestros ni hospitales ni doctores. El gobierno no se preocupa en lo más mínimo de procurar medios a los tepiqueños para que puedan dar educación a sus niños. Es más, el propio gobierno demuestra su incultura y su negligencia a cada paso” (…)

    Y pocas líneas más abajo habló sobre todos los mexicanos:

    “Esta generación no tiene la menor idea de lo que es honradez ni conoce el amor propio de un alma noble ni sabe nada de la religión ni del amor a la patria. El mexicano, comenzando por el presidente y terminando por el último oficial o empleado, siente tal avidez por la riqueza que es capaz de sacrificarlo todo en el mundo con tal de satisfacer ésta su ciega ambición. Se forman partidos, se representan dramas de ridículas revoluciones sin fin; se hacen leyes y ello con el único fin de saciar su codicia. Se roban el tesoro público con una desfachatez increíble. Los empleados de la aduana son los peores contrabandistas. Los jueces son los primeros en violar la justicia. A cualquiera se puede comprar. Uno no puede confiar en una palabra dada o una expresión de amistad; esto es así, sin excepción alguna. Vender a un amigo, engañarlo, robarlo o calumniarlo es un hecho tan común entre los mexicanos que inclusive los extranjeros ya dejaron de asombrarse al ver esta decadencia de la dignidad humana”.

    “Cualquier funcionario es al mismo tiempo tendero y ni siquiera el propio jefe político siente vergüenza alguna en obtener algunas piastras más por otros medios indignos de su cargo”.

    Por desgracia nuestra esta era la visión de tan prestigiado investigador y estudioso científico ruso y que -por desgracia también-; no podemos aquí señalar que hoy en día esa apreciación podría ser diferente si viniera nuevamente a visitarnos.

    ¿Pero a que le llamo yo corrupción? Le defino “corrupción” bajo los mismos esquemas que desde hace ya varios años el Banco Mundial la definió: “La corrupción es el abuso de poder público en beneficio propio” (Klitgaard. Robert.- “Controlling corruption”. Universidad de California, USA, 1988).

    Esta definición nos indica que quién comete un acto corrupto está en una posición de poder y que está recibiendo algún tipo de beneficio, ya sea monetario o no; que no sea procedente o que simplemente es ilegal.

    ¿Y qué tipos de corrupción más importantes y graves estamos padeciendo los nayaritas?: El del soborno; el soborno en contratos públicos; el nepotismo; la malversación de fondos y desfalco; y la extorsión.

    Continuará…


     

    Enrique S. De Aguinaga Cortés. Historiador-Investigador, encargado de la Coordinación de Investigación Histórica, XL Ayuntamiento de Tepic-SUTSEM.

     

  • Crónicas del Estado de Nayarit

    Crónicas del Estado de Nayarit

    Un acercamiento historiográfico

    Cien años de corrupción en Nayarit 1917 – 2017

    Introducción.

    Primera parte.

    Nuestro Estado Libre y Soberano de Nayarit nació el día 5 de febrero de 1917, cuando en la ciudad de Querétaro, Querétaro, fue promulgada la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, misma que en su Artículo 43 le otorgaba a Nayarit la calidad y el nombre de Estado Libre y Soberano.

    Desde ese entonces hasta nuestros días, la corrupción en Nayarit ha crecido enormemente y de manera cínica y despiadada, llegando a un punto en que los ciudadanos ya no confían en sus gobernantes y sus representantes políticos pues todos estos están acusados de estar inmiscuidos en descarados fraudes, robos y/o asociaciones delictivas. Nayarit es un Estado donde sus habitantes le tienen temor y miedo a sus propios gobernantes.

    Esta erección de nuestro ahora Estado no fue nada fácil y para conocer su origen –del Estado y de la corrupción en el mismo-, iniciemos desde 50 años atrás, desde aquel día 19 de noviembre de 1867, cuando el Jefe Político y Militar de Tepic, Don Juan Sanromán le escribe al Presidente de México, Lic. Don Benito Juárez García, lo siguiente:

    “…en Tepic se disfruta de toda seguridad, sin haberse dado el caso de un solo robo” (Archivo General de la Nación. Ramo Gobernación, Legajo 1463, TP núm. 319); repitiéndose este mismo informe mensual durante todo el año de 1868 (Archivo General de la Nación, Ramo Gobernación, Legajo 1344, Relaciones con los Estados Tepic números 50, 148, 255, 124, 213, 314, etc. y Legajo 1546, 1868 números 91, 145, 148, etc.).

    En aquella tranquilidad y en aquel orden, en el mes de agosto de aquel año de 1868, los habitantes de los poblados de Santiago Ixcuintla, Jalisco, San Pedro Lagunillas, Acaponeta, Ixtlán, Jala, Ahuacatlán, Tuxpan, etc., hicieron la primera solicitud al Congreso de la Unión para que Tepic fuera separado del Estado de Jalisco; y en la petición del Ayuntamiento de Tepic se exponían las principales tesis separatistas así como las acusaciones fundamentales que se hacían al gobierno del Estado de Jalisco (Aldana Rendón. Mario Alfonso.- “Rebelión Agraria de Manuel Lozada: 1873”. SEP/80 Fondo de Cultura Económica).

    Pronto, los tres representantes de estas tierras ante el 4° Congreso Constitucional de la Unión, solicitan de manera formal la separación del Estado de Jalisco y estos representantes fueron: Don Manuel Payno –Secretario de Don Manuel Lozada-, por Tepic; Don Miguel Oceguera –Secretario de Don Manuel Lozada, por Ahuacatlán; y Don Carlos Rivas –amigo y consejero de Don Manuel Lozada-, por Santiago Ixcuintla.

    “…se le ha permitido a este distrito disfrutar de algún tiempo de independencia local, cuenta con más de cien mil habitantes, repartidos en dos ciudades, cinco villas y cincuenta y cuatro pueblos, veinte congregaciones, treinta haciendas y ciento sesenta ranchos; la industria ha tenido un notable impulso, pues actualmente tiene cuatro fábricas de hilados y tejidos, y aguardiente, el comercio se ha aumentado y sobre todo, en la agricultura es en lo que más progresos se dan” (Historia del 4° Congreso Constituyente, pp. 787-790).

    Nuevamente en el mes de Octubre (1868), todos los poblados del distrito militar elevaron al Congreso de la Unión por segunda ocasión, la petición de separarse del Estado de Jalisco y se les concediera el estatuto de Estado de la Federación. El periódico oficial de Jalisco comentó entonces al respecto:

    “Hace poco se recibieron en el Congreso peticiones de algunos pueblos de Tepic, proponiendo que aquél se segregara del Estado de Jalisco y quedara erigido en Territorio sujeto al gobierno general. Ahora comienzan a venir peticiones sobre que Tepic se erija en estado de la Unión. La cuestión cambia ya de aspecto, y entra de lleno en el terreno constitucional” (Archivo Histórico del Gobierno del Estado de Jalisco. “El País”, tomo IX, núm. 304, Diciembre de 1868).

    ¿Dónde Nayarit perdió su rumbo? ¿Dónde comenzaron a cambiar sus políticos y representantes y comenzaron a aceptar sobornos en los contratos públicos; a cometer nepotismo; malversación de fondos y desfalcos? ¿Qué antecedentes políticos tenemos? ¿Qué costos a nivel macroeconómico estamos pagando los nayaritas?

    Continuará…


    Enrique S. De Aguinaga Cortés. Historiador-Investigador, encargado de la Coordinación de Investigación Histórica, XL Ayuntamiento de Tepic-SUTSEM.


    Fotografía tomada del muro de: Francisco Javier Castillo Arechiga/Facebook