Con el laúd del alma
voy a cantarle al pueblo
que supo de mis años juveniles
y mis primeros versos;
con ánimo repleto de nostalgias
viaje por esas calles con mi costal de sueños,
y tú, Santiago Ixcuintla, sin pedir nada a cambio
me abriste los canceles de tu pecho
y le diste cobijo a las quimeras
que galopan de siempre en mi cerebro.
Quiero abonar con rimas
esa deuda que tengo
con este pueblo que me dio la vida,
donde ahora reposan las raíces
que me dieran sustento;
no habré de liquidarla,
es déficit perpetuo
la deuda contraída
pero en abono escribo mi gratitud, con versos:
Estoy aquí Santiago…
simplemente me trajo la nostalgia,
vengo a llenar mis ojos con tu rumbos,
es hora del referendo
de este enorme cariño
que no cabe en mi pecho,
es tiempo de la siega de recuerdos,
del recuento
de tantas soledades que he vivido sin ti.
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