Caminos polvorientos
mulas y asnos cargados
de telas, azafránEstación Morada
Rosamorada.
César Delgado Martínez
La Habana, enero 27 de 1999.
Nadie es profeta…
Podría pensarse así… Sin embargo, el saldar la deuda con éste, mi solar, es una invitación a la pasión que no muere nunca: el amor a la tierra. De la familia viene la identidad, al inculcarnos nuestros padres algunos valores morales, como la lealtad, el amor al trabajo, la honestidad y la verdad.
Cuando se labora en la construcción de la historia local, como la de Rosamorada, los valores se hacen presentes. La verdad, es una perla fina que se busca desesperadamente en las aguas de la incertidumbre, como Bonifacio Sojo buscó su cartera, cuando se le perdió en la Barra, antes de llegar a Novillero, aquella mañana lejana cargada de brisa que
venía del mar.
La historia no se construye de manera caprichosa. Hay que ir atando cabos, como las sartas de tabaco cuando se cuelgan en las galeras. De acuerdo al nudo que se haga, depende de que el hilillo con las grandes hojas verdes no se caiga.
Así se labora en la historia. Con la sensibilidad alerta. Con las manos listas para anudar las anécdotas. Con la capacidad avivada para poder comparar las diversas versiones sobre un mismo hecho.
La historia de Rosamorada, forzosamente tenía que compararse con la historia del estado y del país. De otra manera podía incurrirse en falsas apreciaciones. Así, de esa memoria desperdigada, se recuperó la Cristiada, la Revolución Mexicana y las anécdotas de personajes destacados. De los viejos archivos salió la información para hablar de la construcción del templo de la Inmaculada Concepción y la educación en el siglo XIX.
En “Rosamorada” se encuentra lo mismo, una semblanza de don Gil Cázares, que la añoranza por aquellos lugares perdidos, como el Pozo Santo, el Llano Grande o el arroyo de Las Lajitas, que en aras de la modernidad se destruyeron. ¿Y todo para qué?
Algunos vestigios de ese pasado que nos pertenece, han desaparecido: la vieja casona de don Cirilo Rendón, terminada de construir en 1913 y que fue destruida en 2000 para edificar el nuevo Palacio Municipal. Se trataba de un monumento histórico. Por lo tanto se violó la Ley Federal del Patrimonio Arqueológico, Histórico y Artístico.
Mudo también permanece, pero ahí está: el Cerro de los Antiguos. Donde en tiempos pretéritos los moradores de esta tierra, construyeron su propia cultura, que antes de caer en manos de los invasores españoles, prefirieron enterrar todo lo realizado de acuerdo a sus necesidades inmediatas y a sus sueños convertidos en bellas metáforas de barro.
Presentaciones de “Rosamorada”
• Martes 16 de abril a las 18 horas en el Comisariado Ejidal de Rosamorada, dentro de la Jornada Cultural con motivo de los 200 años de la fundación de Rosamorada y 80 años de la dotación de tierras al ejido. Comentaristas: Nora Patricia Partida Ramírez, Jorge Briones Franco y Francisco Samaniega. Moderadora: María Guadalupe Esquivel.
• Lunes 22 de abril a las 18 horas en el LATEN (Laboratorio de Artes Teatrales y Escénicas de Nayarit) ubicado en Calle Morelos entre Ures y San Luis, centro de Tepic. Comentaristas: Roberto Aztlán, Alma Vidal y Miguel González Lomelí. Moderadora: Gyna Macedo.
En los veranos los niños íbamos a buscar al viento.
Habitaba en el llano para que corriéramos con él.
Entonces las casas no tenían tantos ventiladores,
cuantimenos aire artificial.
Casi siempre, nuestras madres
nos ayudaban a buscarlo,
iban limpias, oliendo a quinado
con su mantellina de salida.
Alma Vidal
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