Pepillo Espinoza, eficaz apagafuegos
Por: Oscar González Bonilla.
Durante dos días observé los preparativos para la instalación frente a Palacio de Gobierno en Tepic de la manifestación, que se convirtió en plantón permanente, de los maestros de Telepreparatorias miembros del Sindicato de Trabajadores al Servicio de la Educación de Nayarit (SITSEN).
Múltiples son las demandas, pero centran su exigencia en el reconocimiento formal por el gobierno estatal de su agrupación formada para la defensa de sus intereses profesionales comunes, que la oficialidad ha pretendido desplazar por medio de un sindicato blanco.
Esta es la tercera manifestación del mes de mayo, por dos de abril, si es que no se registraron más durante los casi quince días que en gira artística visité tres entidades del sureste del país.
La sorpresa es el radical cambio en la estrategia de la demostración colectiva al aire libre. Los maestros de Teleprepas abandonaron el estridente grito público para exigir o defender aquello que consideran tienen derecho. No. Esta vez protestaron con base en representaciones artísticas y culturales.
Instalaron en la plaza frente a Palacio de Gobierno amplio templete y carpas.
En el primero hiciendo gala de un desfile artístico desde el canto, la danza, la música, la poesía hasta la oratoria. En las segundas mostrando el trabajo en talleres, entre ellos el elaborado adorno indígena de piezas con chaquira, así como su respectiva mesa con figuras bellamente acabadas por diestras manos de los artesanos de la sierra de Nayarit.
Todo un acontecimiento cultural a las puertas del edificio sede del representante del Poder Ejecutivo con la mira puesta en que éste les haga caso, los reciba en audiencia. Sin embargo, la falta de oficio político permea entre quienes integran el llamado gobierno de la gente.
Antes, el 2 de mayo, por decisión sindical los maestros de los cuatro planteles CONALEP que existen en Nayarit estallaron la huelga al no llegar a un arreglo en la exigencia de mejores condiciones salariales con la dirección general de la institución educativa.
En lugar de reclamar a gritos destemplados, los sindicalizados distribuyeron al público volantes donde expresan que los docentes de CONALEP José Trinidad Espinoza Vargastrabajan por la educación en Nayarit. Y luego enlistan los premios logrados en certámenes nacionales e internacionales por sus alumnos con base en el aprendizaje recibido.
Sólo un botón de muestra: primero y segundo lugar en robots de persecución, Congreso Internacional de Mecatrónica Sinergia 2012, campus Guadalajara; primero y tercer lugar en robots seguidores de línea ROBOTEC 2011, primer lugar en Expociencias 2013 proyecto HYDRA, para participar en el evento internacional en Emiratos Árabes; primero y tercer lugar en Concurso de Creatividad Nayarit, en nivel medio superior 2012; y primer lugar en muestra Gastrónomica Nacional.
Desconozco si estos cambios de estrategia en la lucha por la reivindicación de sus derechos sea producto de las dirigencias sindicales, o de la imaginación de los asesores jurídicos, o vienen tienen su origen en el análisis a conciencia de ambas partes, pero lo cierto es que, cuando menos José Trinidad Espinoza Vargasen los últimos tiempos, han resultado una novedad, una cachetada con guante blanco a las autoridades educativas estatales.
Aquí me parece oportuno dar a conocer desfiguros hechos por corifeos de José Trinidad Espinoza Vargas en el intento de realzar la figura política del titular de la Secretaría General del gobierno de la gente. Lo hacen por medio de una columna periodística que los diarios titulan de diferente manera con autoría de seudónimos que van de Lucinda López Ceballos a Arturo González Ramírez.
La idea de esta publicación nació en el seno de la Secretaría General de Gobierno con la complicidad de tres o cuatro periodistas que Pepillo Espinoza utiliza no sólo para el halago en los medios, de preferencia escritos, sino como oidores en manifestaciones y otras acciones, así como para detectar la organización de movimientos políticos y sociales que puedan perjudicar la buena marcha del gobierno de la gente. ¡Claro, con su respectivo pago de honorarios!
Luego entonces, doy paso a la desproporción informativa en la antepenúltima columna de marras, donde acreditan a Pepillo Espinoza haber solucionado en un tris el problema de huelga de los maestros sindicalizados del CONALEP.
Dicen que cual bombero al rescate tuvo que sentarse a la mesa de negociaciones para que hubiera un feliz arreglo.
“Queda de manifiesto que no sólo basta tener un perfil para ocupar alguna responsabilidad de las diferentes áreas de la administración estatal. Hay que mostrar otro tipo de talentos para afrontar esta clase de circunstancias, como capacidad de negociación y mediación, calculador y facilidad José Trinidad Espinoza Vargaspara llegar a consensos, atributos innatos del funcionario estatal” (o sea, Pepillo Espinoza) ¡Tómala!
“La aparición en el conflicto de José Trinidad Espinoza Vargas fue determinante y garantía de que las cosas iban a llegar a buen puerto, y además representó una oportunidad para que quedarán de manifiesto nuevamente las cualidades y características de sobra conocidas que posee el funcionario estatal” ¡Qué tal! (dixi Marcos Trujillo).
Y aún hay más: “José Espinoza ha demostrado capacidad, ser un buen interlocutor, un funcionario que ha respondido a la encomienda depositada por el gobernador del estado, Roberto Sandoval, ha cumplido a cabalidad la palabra justicia, solución y ejecución de demandas sociales” ¡De antología!
Los nayaritas medianamente enterados sabemos que esto es una exageración, el Pepillo Espinoza ya no es un interlocutor confiable, pues al inicio de la actual administración atado por las circunstancias económicas y políticas se vio en la necesidad no de echar mentiras, sino de ahorrar la verdad. Al paso de un año y ocho meses la condición del funcionario de la gente no ha cambiado mucho.
osgobi06@yahoo.com.mx
@osgobi
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