Líneas.
Por: José Ma. Narváez Ramírez.
Creo que ningún dinero puede comprar la dignidad de la ciudadanía, sea ésta de cualquier parte del mundo, así pudiera hablarse del más pobre o del más rico humano o ser viviente, que nos acompañe en esta aventura en el planeta Tierra, en el que poco a poco está a punto de auto-exterminarse.
Mientras los seres infames acaban con la naturaleza, esta degradación que hacen unos sujetos que se dicen “comunicadores”, integrantes de un programa llamado Tercer Grado, sin que nadie les diga absolutamente nada, sueltan una retahila de sandeces –siguiendo al pie de la letra un script que les paga muy bien la empresa-, sin importarles la opinión pública, que supuestamente representan.
Y solamente bastó un intento de parte de jóvenes de la Íbero –“132 estudiantes dijieron”- de toma del edificio donde celebran sus sainetes, para abrirse de capa a cualquier acción aclaratoria y hasta celebrar inmediatamente después de los debates politiqueros, una “mesa de análisis” con los representantes de los partidos en pugna, con un inútil moderador al canto. Unos cuantos días después, vuelta a las andadas…
Pueden esgrimir como excusa que el que quiera puede apagar el aparato de televisión o cambiar de canal, si lo desea… Y están en lo cierto porque nadie está obligado a verlos y escucharlos, pero la gran mayoría de los tele-espectadores no tienen cable y “por obligación” los tiene que soportar a fuerza de la costumbre y la indolencia.
En su programa Tercer Grado del miércoles anterior a las elecciones, cuando se cerraron las campañas y se abrió una nueva etapa de proselitismo politiquero disfrazado de “observaciones campañeras”, los conductores se dieron gallo echando pestes contra Josefina, el Peje y Quadri, defendiendo a capa y espada al Quique Peña, aduciendo falsamente que “nunca había desviado el objetivo de su brillante campaña”, siendo que desde su inicio cometió una serie de errores, en especial el de la Feria del Libro en Guadalajara, y la reculada que dio cuando lo empezó a bombardear el Peje y lo tachó de corrupto y de bandido; además le dan el gane y mandan al tercer lugar a Josefina dándole un blandengue segundo lugar a AMLO. Sin faltar la ponderación que hacen de Peña, asegurando que nunca perdió “su primer lugar” en la campaña… Y las encuestas de petate lo aseguran. Solamente falta que los apuntadores extranjeros (léase EUA) metan su cuchara definitiva.
No se descarta que sigan chupando a los mexicanos conteniendo los salarios (como el mínimo, que está a la “altura” del de China –el más bajo del mundo-), continuarán despachándose con la cuchara grande en lo que toca a los altísimos salarios y evadiendo el pago de impuestos que Dios guarde la hora en que agarren a un cristiano
esquivando esa dizque “obligación de los más pobres”; cobrando derechos de televisión contaminando cerebros con programas de telenovelas y juegos deportivos; controlando a placer la venta de medicinas –enriqueciendo de pasabola a los especialistas médicos y demás caterva de chupóteros, como son los dueños de laboratorios y de talleres de radiografías; agregando a los vampiros sin título que se aprovechan de los medios para anunciar y vender a altos precios, supuestos medicamentos, aparatos y un sin fin de artículos chafas publicitados como “milagrosos” a nuestra gente que –como los jodidos: a todas va-. Y todavía faltan las canonjías, y demás sarta de tranzas que realizan amparados en un poder minoritario pero chingador (y perdón por la palabra pero no hallo otra que más les acomode); la protección de sindicatos que agrupando a los trabajadores les sacan una corta que se hace muy larga feria, pero los mantienen aferrados a su chamba; el fomento a la mala educación acaparada por una “élite” de remedos de educadores que ya se acostumbraron a la hueva saturada de puentes y mañas para reducir las horas de trabajo, perjudicando a nuestros hijos; la maligna protección a los envenenadores del pueblo que comercian con el alcohol, (ya se asoció el Grupo Modelo con la Budweiser, por ejemplo), la prostitución y el vicio –que se ha convertido en el más jugoso negocio actual, que ha dejado una estela de asesinatos y una larga lista de beneficiados millonarios a cambio de una sociedad que vive temerosa de su seguridad.
Tal vez mañana domingo las cosas cambien, aunque se asoma la sombra de la duda porque los mañosos tienen la lana y el manejo de los votos… Pero esto se tendrá que ver en las elecciones, aunque ya vimos las primicias en el cierre campañero de López Obrador celebrado en el Zócalo de la ciudad de México, que no dejó dudas sobre quién puede ser el ganador de la peleada –con mucho dinero (mal aplicado) del propio pueblo- silla presidencial… Así es que Control… Señores… Control… con calma -o con tormenta-, y nos amanecemos… Ya lo verán y sufrirán los abyectos… o los votantes robados… Refiriéndonos a los mexicanos que sí cumplen con el sufragio… que sí quieren el cambio… A las once treinta, (p. m.) del domingo, lo sabremos y lo platicaremos…
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