RSC; Fortalezas y debilidades

Por: Luis Ignacio Palacios. 

Oportunidades y amenazas, así se completa el cuadrivium del “Foda”, el singular mecanismo de análisis y prospecciones que nos provee de los insumos necesarios al proceso de planeación estratégica; en las lides del marketing político nos puede revelar el estado y la condición de un político, de una institución o de un gobierno; en el caso, sin entrar al fondo del procedimiento, podemos hacer los siguientes apuntamientos sobre la actitud, acciones y reacciones que han generado las políticas públicas de este gobierno que va por su primer año de ejercicio.

La información que se genera desde el aparato gubernamental, y su reflejo e impacto en los medios y comunicadores, nos permite visualizar el cómo se implementan las acciones de esta administración y sus efectos; en un análisis “Foda” deben de considerarse los factores económicos, políticos, sociales y culturales que representan las influencias externas, y que, de una u otra manera inciden en su quehacer interno, que potencialmente pueden favorecer o poner en riesgo los fines institucionales del gobierno y, específicamente los personales proyectos políticos del gobernador Roberto Sandoval.

Este artículo, explora si en el gobernante y sus hombres cercanos que le acompañan en el diseño de sus políticas públicas, existe la previsión de sus oportunidades y si conocen las amenazas que inciden en la construcción de los escenarios anticipados que permiten reorientar o confirmar las particulares proyecciones de Roberto en el ejercicio del poder.

Las fortalezas y debilidades, corresponden al ámbito interno del gobierno, de su titular y de sus principales funcionarios; las primeras son conocidas o debieran serlo, las segundas han sido evidentes porque obstaculizan la concreción de sus objetivos estratégicos, esos que se aprecian en la constante del dictum gubernamental en el Plan Estatal de Desarrollo.

Nos encontramos con la obvia confronta de lo que se nos enuncia como la “Misión” del gobierno, que busca estar “cercano a la gente, comprometido socialmente, equitativo, solidario, incluyente, honesto y eficiente, que trabaje para mejorar la calidad de vida de los y las nayaritas, especialmente de quienes menos tienen..” asertos que consideramos políticamente correctos en su visualización, lo que se complementa con la voluntad de “impulsar el desarrollo integral en un marco de respeto al entorno natural e interinsitucional, propiciando así, un clima de gobernabilidad..”

De lo cual, en su segunda parte, disentimos, toda vez que nos parece sincrética este tipo de concepciones, puesto que la gobernabilidad se utiliza como un concepto equívoco, dado que corresponde al acto de gobierno que tiene la adhesión o aquiescencia del gobernado; y, es aquí donde cruje la potestad hegemónica del gobernante, ya que algunas de sus recientes acciones o lances políticos, no han tenido la calificación de “políticamente correctos” y la reacción de los sectores involucrados han tenido disímbolas y contradictorias respuestas.

GABINETE DE FUNCIONARIOS INVISIBLES

Salvo la contundente eficacia del Edgar Veytia en la pacificación de la entidad y el destierro de la violencia pública que flagelaba de manera impune a la sociedad, y la recurrida eficiencia de Gricela Villa en la coordinación de prensa, quien no solo cumple con la parte sustantiva de su chamba, tiene que lidiar con los aprontados que revolotean en rededor de la oficina del gobernante, en franca intrusión a la hora de la toma de decisiones, generando así, un clima de incertidumbres y falta de cohesión en el aparato gubernamental que acompaña a Sandoval.

En su mayoría, los demás, son personas invisibles, algunos de ellos con el indeleble sello del sátrapa que le precedió a Roberto, están cumpliendo sus fines, por inaudito que esto parezca, la labor de zapa e inconsistencias, falta de concreción e incumplimiento de las políticas públicas, se genera…, dentro del mismo aparato gubernamental, ante el azoro de la sociedad que expectante espera el necesario golpe de timón que no ha llegado.

Han sido dos ocasiones que en declaraciones expresas el gobernador Roberto Sandoval ha deslindado este sexenio del oprobio, “cobardía y payasadas” que le eran comunes al sátrapa de la colonia Mololoa; sin embargo, al estupor que causa en las huestes heredadas, no hubo, no han existido las correlativas acciones correctivas, estamos hablando del desmantelamiento de los enclaves administrativos y políticos que significa la camisa de fuerza financiera y presupuestal, la obesidad y endeudamiento mayúsculo de la administración a su cargo.

No se han atacado las causas, han sido lenes los lances contra los efectos perversos que inciden en esta administración; parte del problema radica en la inutilidad e intrascendencia –para los fines superiores del gobierno- del accionar del Secretario general de gobierno y otros secretarios del despacho; de manera inexplicable la gente del gabinete no lleva a cabo acciones para fortalecer la figura del gobernante, pasivos e invisibles se trocan en lastre; es decir, carece de operadores.

De ahí que, el mantener varios frentes políticos de contienda el gobernante, prevalezca la condición de limitantes a la natural hegemonía política que le debiera ser consustancial a Roberto Sandoval; no darle la puntilla al sátrapa de la Mololoa, que, conociéndolo vela la coyuntura para hacerle daño; y la búsqueda de democratizar los servicios de educación, recomponiendo el enclave caciquil del sindicato, que es legítima sin duda, se lleva a cabo de forma complicada, de tal modo que le trajo a las adhesiones de los grupos disidentes de los Montenegro, un escenario potencial de enfrentamiento con la matriarca Elba Esther Gordillo, quién en el escenario de la transición del poder presidencial tiene metida su cuchara en la expectativas del próximo presidente de la república.

Y a diez meses del ejercicio del gobierno, se dimensiona en lo mediático que los titulares del poder judicial y legislativo, le han ganado la agenda política al gobernador, las cosas públicas, trascendentes que inciden en la “Visión” del PED, no se han generado en Palacio de Gobierno; es obvio que en el diseño y operación de una política que “detone nuevas opciones que fortalezcan diversos sectores económicos y que se traduzca en un crecimiento integral generador de bienestar social, incluyente y equitativo..” el gobernador no puede hacerlo solo, no al menos con la gente que le acompaña.

La fortaleza del gobierno de Roberto Sandoval, es que no tiene Némesis y no existe partido político de oposición o grupo adversario de su mismo partido que no se han percatado de sus debilidades operativas; el escriba acota que en el presente análisis, cada factor citado es, situacional y se le debe de dar el sentido de temporalidad, hasta que aquellas se troquen en oportunidades que serán siempre aprovechables.