Antroponotas de Nayarit

PARA LOGRAR EL DESARROLLO Y UNA MEJOR CALIDAD DE VIDA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA SEGUIRÁ SIENDO LA ÚNICA ALTERNATIVA
LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y EL GOBIERNO AUSENTES O SIN MÉTODO EN ESTA PRIMORDIAL TAREA

 

Por: Raúl A. Méndez Lugo.

 

“Muchas veces he pensado
y creo que ya me convencí,
de que a los partidos políticos
y al gobierno no les interesa
que nos organicemos,
sólo quieren nuestro apoyo
a cambio de migajas”

Juan Torres González
Indígena Cora

Durante más de diez años he recorrido una gran parte del estado de Nayarit, algunas veces en el cumplimiento de mis funciones como funcionario federal, otras veces simplemente como invitado en las giras de trabajo de los últimos tres gobernadores y otras más, como antropólogo o turista profundamente enamorado de la riqueza natural y cultural de los nayaritas.

La principal enseñanza que he recibido de estos recorridos por todos los rincones del estado ha sido, sin lugar a dudas, conocer y reconocer el conjunto de necesidades e intereses que tiene la comunidad nayarita, sobre todo, de los sectores sociales menos favorecidos por el sistema económico, político y social surgido de la llamada “Revolución Mexicana”, la que algunos estudiosos acertaron en definirla como una revolución democrático-burguesa, iniciada en 1910 con el movimiento maderista y concluída, para algunos el 5 de febrero de 1917, con la promulgación de la Constitución, aunque para otros, la revolución se prolongó hasta las reformas hechas por la administración de Lázaro Cárdenas y, no faltará quien afirme que la revolución no había terminado, desafortunadamente el PAN se encargó de decirles durante doce años que sí había terminado, arrebatándoles el poder gracias al “perfeccionamiento” de la democracia electoral en México. En breve sabremos que dice de la revolución el PRI que regresa a gobernar este 2012. Digan lo que digan, lo cierto es, que ya nadie se acuerda de la famosa revolución, pues las ideologías que pretendían transformar el país dieron un giro de 180°, el neoliberalismo alienó y conquistó a liberales y conservadores, fuerzas políticas que fueron antagónicas desde el inicio del movimiento de independencia nacional, fuerzas que se han venido alternando en el poder a lo largo de los siglos XIX y XX y lo que va del presente. Lo más grave del asunto es que en la actualidad gran parte de los partidos y organizaciones de la izquierda revolucionaria han sucumbido ante las propuestas indecorosas del neoliberalismo, quedando sólo algunas fuerzas minúsculas verdaderamente consecuentes con la transformación económica, política y social de los mexicanos.

En muy poco tiempo me convencí que Nayarit padecía una gran enfermedad: la desorganización social. Más que una enfermedad he llegado a la conclusión de que es una epidemia, la cual ha provocado el alto índice de rezago existente en la entidad, ubicándonos las estadísticas nacionales en los últimos lugares en materia económica y de productividad, por ende, no es gratuito que nuestros ingresos propios sean tan exiguos que dependamos tanto de las participaciones federales.

Es importante aclarar que desorganización social no quiere decir que en Nayarit no se hace política, más bien creo que el exceso de cierto tipo de política que se hace en el estado, es la causa principal de la desorganización social. La política que se hace en Nayarit está íntimamente ligada a la creación y consolidación de verdaderos cacicazgos políticos y consorcios económicos, lo cual constituye el principal obstáculo de la organización independiente de la comunidad nayarita. ¿por qué? Por la simple y sencilla razón de que los cacicazgos y consorcios coartan y manipulan las posibles formas de pensar de tipo independiente. Aquí es donde aparece un tercer elemento fundamental que no permite o desactiva la organización social comunitaria, el tremendo poder e influencia que ejercen los medios de comunicación masiva, llámese prensa, radio o televisión, coptados en mayor o menor medida por los distintos grupos, partidos o cacicazgos políticos y económicos existentes en el estado.

Es directamente proporcional la desorganización social comunitaria en Nayarit, al conjunto de necesidades y rezagos que presenta actualmente la sociedad nayarita, desorganización social que nadie combate porque no existe un interés real para combatirla, mucho menos existe una política de estado o de partidos políticos para promover la organización social. Los cacicazgos políticos, los consorcios económicos y los medios de comunicación se han encargado eficientemente de aniquilar cualquier manifestación o esfuerzo de organización social independiente, sobre ello podemos enunciar muchos ejemplos, como es el caso de los comerciantes del Centro Histórico, tanto los establecidos como los ambulantes y semifijos, quienes están desarticulados por sindicatos, organizaciones, partidos, líderes y autoridades, provocando verdaderos estados de anarquía y enfrentamiento entre ellos, negándose la posibilidad de que colaboren en el mejoramiento del funcionamiento e imagen del Centro Histórico.

De la misma forma, tenemos a los transportistas urbanos, a los cañeros, tabacaleros, a los trabajadores al servicio del estado, al magisterio, a los ejidatarios, colonos populares, profesionistas, artistas, pescadores, indígenas, propietarios urbanos, micros y pequeños empresarios, etc. Todos ellos están supeditados al vaivén de los procesos políticos electorales y a los enfrentamientos que protagonizan actualmente, el poder ejecutivo estatal, el poder legislativo y los ayuntamientos municipales.

Si no fuera cierto lo anterior, entonces como se explicaría la gran pobreza de las peticiones que le hacen al ejecutivo estatal en las audiencias o giras que realiza a lo largo y ancho del estado, o en los recorridos que organiza un presidente municipal, es imposible de creer que un comité de acción ciudadana, un gobierno tradicional indígena, un comisariado ejidal, una representación de colonos urbanos o un cabildo municipal, no sean capaces de elaborar como mínimo un “pliego petitorio” que lleve el consenso anticipado de la comunidad, donde se prioricen las obras, programas y proyectos que respondan a sus necesidades e intereses comunes. Lo peor del caso es, que la autoridad se aproveche de estas limitaciones sociales para aprobar o negar lo que a ellas conviene desde el punto de vista político, económico o cultural, sin plantear propuestas concretas de acción gubernamental para superar dichas limitaciones sociales y que seguramente pueden estar establecidas en el Plan Estatal o Municipal de Desarrollo, por eso estoy convencido que la toma de conciencia y la organización social es también una tarea de promoción de un gobierno democrático y popular, si no lo considera de esa manera el equipo gobernante entonces los resultados serán mínimos e insignificantes en torno al mejoramiento de las condiciones de vida de la población. ¿Acaso la autoridad está deseosa que las comunidades no le pidan nada, aún sabiendo que necesitan todo? ¿Acaso a los partidos políticos y a los representantes populares no les corresponde organizar a la gente para que sus peticiones sean más trascendentales? ¿Entonces, existe o no desorganización social comunitaria? ¿A quién beneficia su existencia? ¿Cómo erradicarla?

En conclusión, quiero expresar mi convicción de que para lograr el desarrollo y elevar la calidad de vida de los nayaritas, se requiere una campaña permanente donde todos participemos: autoridades federales, estatales y municipales; legisladores, partidos políticos, comités, asociaciones, juntas vecinales, organizaciones no gubernamentales, maestros, estudiantes y pueblo en general, que tenga como objetivo fundamental fortalecer, promover, crear y consolidar la organización social de la comunidades, sólo de esta manera, podremos sacar adelante al estado de Nayarit, de lo contrario, conformémonos en seguir siendo un punto geográfico difuso del desarrollo en México.


RAÚL ANDRÉS MÉNDEZ LUGO
Rmendez1960@hotmail.com
@RMendezL

 

 

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