Líneas
Por: José María Narváez Ramírez.
Ante una gran hambruna en nuestro país, mientras unos cuantos se atragantan hasta decir basta y varios millones de personas casi mueren de hambruna en nuestro país, el 19 de abril, el Presidente Enrique Peña Nieto, y la Sra. Rosario Robles, titular de la Secretaría de Desarrollo Social, acompañados de Luiz Ignacio Lula da Silva, ex Presidente de Brasil, iniciaron en una comunidad de Chiapas, llevando como “testigo de cargo” al Presidente Municipal Julio Sánchez de la Cruz, la Cruzada contra el Hambre, que según los cálculos que se “estilan” en estos proyectos, se beneficiarán 7.5 millones de hambrientos en esa región.
Loable proyecto que ojala saque del borde de la tumba por inanición a aquellos hermanos en desgracia, pero a los de acá de este lado cuándo les irá a tocar, porque “habemus” un chorro de indígenas con mucho apetito sin conocer ni de nombre la hartura, y miles de campesinos que trabajan y trabajan y no ven llegar el desarrollo y el progreso –sinónimos de crecimiento y transformación- que traen apareados, la prosperidad, el auge y el florecimiento de los seres humanos que laboran la tierra casi con los mismos aperos que usaban nuestros ancestros para hacerla rendir, pero que no la ven llegar a pesar de tantas promesas tras promesas que les hacen los gobernantes y los delegados de las secretarías en las entidades.
Aquí en Tepic, miles de estudiantes que a diario –por su dura situación económica- se pelean con los chóferes del transporte, cuyos patrones les ordenan no aceptar el convenio del descuento en el precio del pasaje citadino, mientras aquellos pugnan por elevarlo alegando carestía de los insumos y otros gastos, teniendo al centro de la ciudad capital sumida en embotellamientos vehiculares –cuyo pavimento se desmorona- por no conceder sacar 300 metros del centro histórico sus “ataúdes rodantes”, manteniendo controlado a Tránsito y la ley a su favor por medio –entre varios- de los diputados corruptos en funciones… A la vez que la gran mayoría de rúas se están convirtiendo en ruinas peligrosas para quienes que las transitan, y nadie hace nada por denunciarlos.
Y una situación que abochorna a quien esto escribe por considerarla vergonzosa a causa del olvido amañado en que tiene el gobernador a cerca de doscientos aprendices de periodismo, casi muertos de hambre por el desprecio que se dice tener por estos defensores del derecho de expresión que vienen siendo diezmados por la necesidad, pero el orgullo los mantiene dispuestos a ejercer el “Cuarto Poder” por sobre todos los mal disimulados desaires y engaños, manteniendo con una muy una abultada cartera (llenada con dinero del pueblo) a los medios controlados.
No queremos apoyo para callar las vejaciones que se cometen contra la sociedad, sino informar de aquellos que detentan el poder desviando las partidas para enriquecer ilegalmente a los corruptos que abundan en sus filas… -Los que cometen las vejaciones contra la sociedad-.
Los boletines que elaboran los encargados de las oficinas de prensa son para referir los planes de gobierno a seguir, no para decir que se están cumpliendo a la perfección y que todo está bien en el frente, sopesando el bulto de la impunidad por detrás, a reserva de comprobarse, para eso están los periodistas, no para solapar ineptitudes y raterías de aquellos que pierden el piso con el poder, mientras siguen vejando al pueblo.
La solución se la dio Da Silva a Peña Nieto: ablandar los sentimientos de los funcionarios, ésa sería la mediana solución para combatir el hambre, faltando lo de siempre: generación real de empleos y pago del salario justo, no la eterna búsqueda de fabulosos remedios que se vuelven quimeras o mini-salidas que no resuelven en realidad la grave problemática de la zona rural y propicia movimientos “subversivos” como los que están sucediendo en Michoacán y en Guerrero, “cometidos en defensa propia”, por grupos de maestros.
¡Fuera caretas! Hay que terminar con el engaño y la falsedad, de los partidos corruptos que se tapan con la misma cobija, todos deben cumplir correctamente con la finalidad pregonada hasta la saciedad pero incumplida en sus principios, si en verdad quieren acabar con el hambre, hay que hacerle caso a Confucio: enseñarlos a pescar, no darles pescaditos rellenos de saliva.
No hacerlo es cometer un crimen de lesa humanidad, porque daña a la sociedad en lo más sensible de su estructura: la célula familiar.
Por eso… Control… Señores… Control… Si no podemos combatir el mal, vamos luchando contra los malvados que lo ocasionan, denunciemos sus marranadas, aunque nos cueste la propia vida y sería poco para ofrendarla por el bienestar de nuestros semejantes sin esperar respuestas o agradecimientos…
311-145-18-81
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