Autor: Octavio Campa Bonilla

  • Romance provinciano

    Romance provinciano

    Deja provincia que pinte
    tu rostro con acuarela,
    tu perfil de bronce y barro,
    cuya bizarra grandeza
    desciende directamente
    de indómita estirpe Azteca.

    Quiero plasmar en un lienzo
    tu esplendor y tu belleza,
    tu cuerpo juncal y esbelto
    con cintura de palmera,
    que se cimbra con la brisa
    cual voluptuosa costeña.

    Quiero rimar con el verde
    que sube y baja laderas
    y que se ciñe a tu talle
    como enagua gigantesca,
    porque verde es la esperanza,
    verde es el campo y las siembras,
    y verde de libertades
    el grito que prorrumpiera
    en Dolores, Guanajuato,
    aquel cura de voz recia…

    ¡Voz de viento y de campana
    que hizo añicos las cadenas!

    Blanco, sin sombra de nada,
    todo candor e inocencia
    como el alma de los niños
    que forman la patria nueva
    así quiero mi romance,
    con palidez de azucena.

    Blanco, puro y cristalino,
    como el rocío que en las siembra
    reluce como diamantes
    sobre mil bocas sedientas,
    como el alma provinciana
    de gente sencilla y buena,
    y como inmenso sudario,
    que una novia se asemeja
    camino de los altares
    en la grupa de la sierra.

    Rojo, con los resplandores
    del sol, que quema la tierra,
    espíritu pasionario
    de inmutable Zapoteca,
    que en Loreto y Guadalupe
    hizo rodar la soberbia,
    de rancio y torpe linaje
    que sojuzgarnos quisiera.

    Rojo, como sol de mayo,
    como granada sangrienta,
    como lámpara votiva
    cuya llama se hace hoguera,
    y enciende los corazones
    contra Victoriano Huerta.

    Rojo, como los claveles
    con que se empapó la tierra,
    de sangre de los caudillos
    en Parral y Chinameca.

    Provincia que eres arrullo,
    que eres requiebro y cadencia,
    eres punto de partida
    y al mismo tiempo eres meta.

    Por donde vayan los ojos
    ahí estará tu presencia:
    en tibios amaneceres
    cuando el sol salta la sierra,
    y galán apasionado
    besa amoroso la arena…

    Besos, que el celoso océano
    borra con furia sedienta.

    Te encuentras en el crepúsculo
    donde la luz parpadea,
    porque la dama enlutada
    ya teje su capa negra,
    y van cayendo las sombras
    cual gasas de tul y seda.

    Eres caudaloso río
    y arroyito de agua fresca,
    eres piélago imbatible
    y laguna mansa y quieta,
    eres, do todo termina
    y donde todo comienza.

    Te he mirado los domingos
    vestirte para la feria
    con la enagua almidonada
    con que se visten tus hembras,
    con una blusa floreada
    bordada de lentejuelas,
    y un rebozo de bolita
    que de los hombros te cuelga.

    He visto los moños rojos
    con que rematas tus trenzas
    que huelen a: nomeolvides,
    jazmines y madreselvas,
    y he suspirado muy hondo,
    al ver tu figura esbelta
    en los lomos relucientes
    de una potranca serrera.

    Provincia, tu geografía
    dibujada con firmeza,
    es bajo y alto relieve
    trazado por mano diestra.

    Es contraste la esmeralda
    con que cubres tus praderas,
    y el zafiro del océano
    que porfiado va y regresa,
    el brillante con que el risco
    corona su aguja enhiesta,
    el rubí de tus barreales,
    de tu cielo la turquesa,
    y el ópalo de la tarde
    que sigilosa se aleja.

    Tu folklore, como tu historia
    se pierden en la leyenda:
    en Saltillo, eres zarape,
    silla charra, en zacatecas,
    en Santa María, rebozo,
    en Celaya, eres cajeta,
    eres guitarra e Paracho,
    charanda eres en Morelia,
    tequila en Guadalajara,
    en Tlaquepaque, cazuela,
    tabaco en Santiago Ixcuintla,
    rico mole eres en Puebla,
    en Oaxaca, mezcal de olla,
    y vainilla papantleca…

    Eres en fin, el resumen
    del folklore, que es nuestra herencia.

    ¡Oh! Provincia de mi patria,
    quiero recorrer tu tierra,
    quiero brotar en tus campos
    como fértil sementera,
    y confundirme en tu barro
    para sentir tu presencia.

    Todo México es provincia,
    provincia es toda tu tierra,
    naciste en Tenochtitlán
    la cuna de los Aztecas,
    tu bautizo fue en Dolores,
    tu confirmación en Puebla,
    y comulgaste en Chihuahua
    a las faldas de su sierra,
    con hostias de bronce y plomo
    de máusser … y treinta-treinta.

    Octavio Campa Bonilla

  • Amado Nervo el poeta del amor

    Amado Nervo el poeta del amor

    El 24 de mayo de 1919, después de cuarenta y nueve fecundos años de existencia el corazón del bardo dejo de latir. Había nacido en Tepic el 27 de agosto de 1870 en el seno de una familia de clase media y desde temprana edad manifestó su vocación que, en años más tarde lo llevará a ser el más universal de los poetas mexicanos.

    Pocos poetas en el mundo tienen la fama de ser tan populares como Amado Nervo, La concepción del Poeta y fundamentalmente su grito lirico, no es sino una confesión en voz alta, una actitud frente a la vida, una posición filosófica y el hombre mezcla de júbilo y llanto, en coincidencia con el pensamiento de Protágoras de Abdea y los Sofistas Griegos, es “La medida de todas las cosas’’.

    Nervo es incluso más recordado que el inmenso nicaragüense Rubén Darío, a quienes todos coinciden en considerar padre y figura máxima del modernismo, del que ciertamente, Amado, formo parte junto a una pléyade en la que destacan por mérito propio: Manuel Gutiérrez Nájera, Luis G. Urbina, Salvador Díaz Mirón, José Juan Tablada, Ramón López Velarde y otros que sería prolijo enumerar.

    Paradójicamente el tepiqueño es más conocido y estimado en el extranjero que en su propio país, y la paradoja es mayor cuando se constata que Nervo es infinitamente menos leído en Nayarit que en las demás entidades de la República Mexicana.

    Los lectores de la poesía nervina coinciden al opinar, que su asiduidad se debe más que nada a la identificación que sienten con el aeda en el universal e imperecedero tema del amor, donde el objeto de este y el ser amado coexisten en el mismo plano de la sublimidad y de la idealidad, lo que permite a quienes leen a Nervo convertirse en héroes o heroínas, protagonistas o autores.

    La universidad de Amado Nervo, radica en la temática múltiple y variada de su obra que consta de miles de poemas y cientos de páginas de prosa fina y vibrante, profunda y anchurosa.
    Rubén Darío en un soneto alejandrino dedicado al poeta señala:

    ‘’ Amado es la palabra que en querer concreta…’’

    Amado ama y es al mismo tiempo amado. Ama con la intensidad de la tormenta, con la anchura y profundidad del océano, con la ternura de un ingenuo niño y la grandiosidad del universo.

    Encuadrado por voluntad propia dentro del movimiento conocido como ‘’modernismo’’, Nervo, en búsqueda perpetua y procurando siempre apartarse de la escuela romántica, incurrió en el pecado de la constante irregularidad de su labor poética, al grado de que para muchos críticos de su poesía, no es rescatable de su copiosa producción ni siquiera el diez por ciento. No así de su prosa en la que propios y extraños coinciden en que Nervo es sin escatimo uno de los mas esplendidos escritores de su época y tal vez uno de los ms notables y vigentes en nuestros días.

    Mal definido como místico, la temática de su obra en verso al hacer un juicio crítico tiene tres fases perfectamente identificables. El arranque de un Nervo desbordado que como el torbellino arrastra tras de sí cuanto a su paso se opone. Un enajenado que no entiende la economía de sus ademanes, gestos y palabras, e inunda con giros vistosos y grandilocuentes los partos poéticos surgidos en noches de vigilia.

    El Nervo de la fase inicial es un Nervo testarudo al que no arredran los miedos y fantasmas que después acompañaran al poeta hasta la frontera de la muerta y que incluso, se convertirán en resortes motores del poeta de la Serenidad y Plenitud.

    El poeta de la fase intermedia es un hombre maduro asomado al broquel del profundo pozo del amor, al sediento que anhela una gota de la ambrosía del néctar divino de el amor, con que saciar su sed atávica de caricias y deliquios. Es al par antídoto y veneno, es búsqueda y encuentro al hallar en las tranquilas aguas del soñado manantial del amor, donde abreva y así apaga su grito.

    En la tercera etapa, el poeta ha llegado a la cima y en ella ascético y sereno espera el encuentro con la única verdadera realidad del hombre: la muerte. Suceso que lo acercará a Dios y realizará el reencuentro con su amada. Danzan en las neuronas del aeda las palabras proféticas de Paul Valery: ‘’Apenas muertos, nos vamos con la velocidad de la luz, a juntar con los centauros y con los ángeles’’.

    Amado Nervo, poeta del amor. Del amor anunciado y presentido en la primera etapa. Amor etéreo y realizado en la etapa segunda, testimoniado en los millares de páginas escritas durante los dos lustros de dicha interrena vividos al lado del ‘’Ingenio de Francia’’ y rotos por la guadaña de otro de los amores de Nervo: la muerte, que de tajo arrebata el amor de su vida, su ‘’Amada Inmóvil’’, dándole en heredad una melancolía de la que el poeta no se recuperara jamás. Y el amor de una época final, el amor al Divino Arquitecto, con quien comulgó tan cerca, en la mansa quietud de los días de Zamora.

  • Los pendejos somos mayoría

    Los pendejos somos mayoría

    Por: Octavio Campa Bonilla. 

     

    Jacinto Benavente, dramaturgo español, nacido en Madrid, el verano de 1866, refería que la humanidad toda, se divide en tres sectores: badulaques, pusilánimes e intrépidos
    Sin pretender entrar en contradicción con el notable Don Jacinto, Premio Nobel de Literatura en 1922, que en su arbitraria clasificación cataloga solamente tres géneros, considero que de acuerdo con la teoría Geselliana, el ser humano es una mezcla de aptitudes y actitudes, de fobias, de aciertos y errores, de alegrías y desengaños y de una infinita gama de virtudes y vicios.

    Bajo esa irrefutable premisa, a las categorías consignadas por Benavente, habrían de sumarse otros dos rubros: el de los badulaque-pusilánimes y el de los badulaque-intrépidos, ya que estos especímenes también abundan.

    Es oportuno ahora, recurrir al diccionario en busca de significados de los vocablos que Don Jacinto emplea; utilizar la rica sinonimia hispánica para estar a la altura de toda suerte de lectores, y el manual de vulgaridades, albures, cábulas, exorcismos, similares y conexos, compilado por el ilustre sabio y lingüista Avelino Pilongano, a efecto de popularizar los términos lexicológicos establecidos por el Nobel Español.

    El diccionario de la Real Academia Española, establece que la palabra badulaque se aplica a la persona de poco juicio que muestra torpeza o falta de entendimiento para comprender las cosas. Algunos de sus sinónimos son: imbécil, cretino, estúpido, babieca, necio, mentecato. Recurriendo al lenguaje coloquial y al manual de vulgaridades citado, la elegante palabra se convierte en: papanatas, tarugo, menso, bobo, atolondrado, melolengo, baboso, tonto y nuestro mexicanísimo pendejo, al que elegimos por unanimidad, para sustituir el de badulaque que propone Benavente.

    Pusilánime a su vez, del latín pusillanimem se traduce como: falto de ánimos y de audacia. Con sinónimos como: cobarde, indeciso, medroso, vacilante, titubeante y coloquialmente: cagón, zacatón, gallina, blandengue y culero, término con el que a partir de ahora designaremos a los pusilánimes de Don Jacinto.

    Intrépido según el diccionario, es aquel que no teme al peligro, entran en esta categoría los audaces, los atrevidos, los osados, los temerarios y hasta los quiméricos e idealistas. Comprende esta categoría a aquellos que no reparan en circunstancias, con tal de alcanzar sus objetivos, haciendo efectiva la alevosa y ruin frase capitalista que reza: “el fin justifica los medios”, lo que los convierte en auténticos gandallas.

    Resumiendo las definiciones anteriores, según Don Jacinto Benavente, el género humano se compone de badulaques, pusilánimes e intrépidos, términos que coloquialmente se traducen como: pendejos, culeros y gandallas, aunque no faltan los gandallas-pendejos y los pendejos-culeros.

    Si aplicamos el rigor democrático a las clasificaciones de Benavente, encontramos que la categoría de los pendejos es desorbitada. Son pues, la mayoría, la masa informe que aplasta en las elecciones, la turba sin cabeza, el enjambre afanoso que labora con denuedo a favor de un reducido grupo de cínicos, que vienen a ser los zánganos alevosos del colmenar, los sacrosantos pendejos que constituyeron una mina de oro para Hermenegildo L. Torres, que a finales de los años cincuentas del siglo anterior, fundó el PUP, cuyas siglas significan: Partido Unico de Pendejos.

    Los culeros, que también son bastantes, resultan ser los acomodaticios, los que pomposamente se autodefinen como eclécticos, son de igual manera los abstencionistas, los que no son ni chicha ni limonada, los que apáticos se apoltronan conchudamente, sin perturbarse por el vertiginoso transcurrir de la historia, ya que todo les vale madre.

    Finalmente los gandallas, integrado por ricos y explotadores, por la jerarquía religiosa, por líderes sindicales venales y por la mayoría, (aunque hay excepciones) de la clase política.

    Te convoco a que con toda libertad des respuesta a las siguientes tres preguntas:

    1.- ¿Juegas o has jugado melate, raspadito, rifas, sorteos, lotería, quinielas o algún otro juego de azar?
    A) Siempre. B) A veces. C) Nunca.

    2.- ¿Eres aficionado a algún deporte o equipo de futbol?
    A)Si soy. B) A veces soy. C) Nunca soy.

    3.- Si te encuentras tirada una cartera repleta de billetes ¿Buscas a su dueño para devolvérsela? (responde con absoluta sinceridad)
    A) La devolvería. B) Dudaría en devolverla. C) No la devolvería.

    Si respondiste A dos o más interrogantes, democráticamente eres de los que integran la mayoría del género humano.

    Si tu respuesta fue B en una vez o más, tu categoría es la intermedia.

    Si contestaste una o más veces eligiendo la letra C, ¡¡¡Felicidades!!! vas que vuelas para rico, líder sindical, jerarca religioso o político.

    Correo electrónico: campabonilla@hotmail.com