Autor: ONDAcultural

  • Nosotros, los artistas de escenarios y ágoras

    Nosotros, los artistas de escenarios y ágoras

    27 de marzo. DÍA MUNDIAL DEL TEATRO

    Mensaje de Brett Bailey

    Donde quiera que haya sociedad humana, el irreprimible Espíritu de la Representación se manifiesta.

    Bajo los árboles de pequeñas aldeas y sobre sofisticados escenarios en grandes metrópolis; en salones de actos de colegios y en campos y en templos; en suburbios, en plazas públicas, en centros cívicos y en los subsuelos de las ciudades, la gente se reúne en comunión en torno a los efímeros mundos teatrales que creamos para expresar nuestra complejidad humana, nuestra diversidad, nuestra vulnerabilidad, en carne y hueso, aliento y voz.

    Nos reunimos para llorar y para recordar; para reír y contemplar; para aprender, afirmar e imaginar. Para maravillarnos ante la destreza técnica, y para encarnar dioses. Para dejarnos sin respiración ante nuestra capacidad de belleza, compasión y monstruosidad. Vamos para llenarnos de energía y poder. Para celebrar la riqueza de nuestras diferentes culturas, y para hacer desaparecer las barreras que nos dividen.

    Donde quiera que haya sociedad humana, el irreprimible Espíritu de la Representación se manifiesta. Nacido de la comunidad, lleva puestas las máscaras y vestimentas de nuestras distintas tradiciones. Utiliza nuestras lenguas, ritmos y gestos, y abre un espacio entre nosotros.

    Y nosotros, los artistas que trabajamos con este antiguo espíritu, nos sentimos impulsados a canalizarlo a través de nuestros corazones, nuestras ideas y nuestros cuerpos para revelar nuestras realidades en toda su cotidianeidad y su rutilante misterio.

    Pero en esta época en la que tantos millones de personas luchan por sobrevivir, sufren bajo regímenes opresivos y el capitalismo depredador, huyen del conflicto y la escasez; en la que nuestra privacidad es invadida por servicios secretos y nuestras palabras censuradas por gobiernos intrusivos; en la que se aniquilan los bosques, se exterminan especies y se envenenan los océanos: ¿Qué nos sentimos impulsados a revelar?

    En este mundo de poder desigual, en el que distintos órdenes hegemónicos intentan convencernos de que una nación, una raza, un género, una preferencia sexual, una religión, una ideología, un marco cultural es superior al resto, ¿se puede realmente defender la idea de que las artes deberían apartarse de las agendas sociales?

    Nosotros, los artistas de escenarios y ágoras, ¿nos conformamos con las demandas asépticas del mercado, o utilizamos el poder que tenemos: para abrir un espacio en los corazones y las mentes de la sociedad, para reunir gente a nuestro alrededor, para inspirar, maravillar e informar, y para crear un mundo de esperanza y colaboración sincera?

  • El placer y el dolor

    El placer y el dolor

    Quimioterapias intratecales con música de Antonio Vivaldi.

    RAÚL PÉREZ GONZÁLEZ

    Hoy vamos por la 3a aplicación de quimioterapia, directa en mi columna vertebral, para tratar de asegurar el envenenamiento de las células malignas que ahí se encontraron. Son linfocitos malignos, más poderosos y con mejor capacidad reproductiva que mis linfocitos buenos, y difícilmente saldrán de ahí con buenas razones.

    Mi médico oncólogo, con su franqueza bárbara de siempre, me dice: “en oncología, parece que hacemos lo contrario de lo dicho por Hipócrates (considerado fundador de la ciencia médica), porque aliviamos con más sufrimiento hacia el paciente”. Hace una semana me aplicaron “metrotexate”, un químico súper agresivo que, entre otras lindezas (efectos colaterales) te provoca náusea casi permanente y llagas en boca y lengua, si no lo impides, de alguna forma.

    En el equipo médico que ahora me atiende hay un hematólogo, responsable de las aplicaciones intratecales, él acordó con el oncólogo, aplicarme el metrotexate vía intravenosa, para quitarlo del cuadro de químicos aplicados por la vía intratecales, lo que ha sido gran acierto. Y el oncólogo me advierte que el estado de ánimo optimista ayuda en 20 ó 30% al éxito de la operación intratecales (a pesar del metrotexate).

    Antonio VivaldiPero en el equipo que me atiende, en el final de la cadena hay una anestesióloga, que es un ángel, me pone música clásica mientras realiza su procedimiento de extraer líquido cefalorraquídeo y sustituir (3cms cúbicos) por medicamentos al interior de mi columna vertebral. Es además especialista en tratamiento del dolor, así que hace más llevadera la situación.

    En lugar de sentirme como en la película de “la naranja mecánica”, amo cada vez más la música. Es importante, porque en condiciones favorables tendrán que aplicarme 18 operaciones intratecales en un año. Pero mi optimismo no decae, ando buscando la forma de neutralizar el metrotexate, por lo pronto las estrategias de la alcalinización de mi cuerpo y el fortalecimiento de mi sistema inmunológico me están protegiendo bastante.

    Muchas gracias a mis queridas amistades y familia por todos los ánimos y recuerdos que siempre me asisten espiritualmente.

  • El asesino

    El asesino

    Cuento de Javier Tomeo.
    El asesino

    Cuando terminó aquella película de miedo no se encendieron las luces de la sala. Todo continuó a oscuras. Sólo se veía la bombilla roja que señalaba la puerta de los servicios. Algunos espectadores se armaron de valor y no tuvieron problemas para encontrar la salida. Otros, pensando en el asesino de la película, tuvieron miedo y continuaron en sus asientos. Juan K., por ejemplo, fue de los que no se atrevieron a moverse. Cerró los ojos -uno, por cierto, era más grande que el otro-, se cruzó de brazos y trató de animarse pensando en su novia francesa, que era lo más contrario a la muerte entre todas las cosas que conocía.

    Media hora después, al abrir otra vez los ojos, advirtió que los demás espectadores le habían dejado solo y que el asesino estaba sentado a su lado.

    -Vamos a ver -le preguntó aquel canalla, mientras su mano derecha acariciaba la empuñadura del puñal-, dígame cuáles son los motivos que tiene usted para continuar vivo.

    -Tengo una novia francesa -le contestó Juan, procurando que no le temblase demasiado la voz.

    El asesino no esperaba una respuesta como aquélla y se quedó pensando. Luego le pidió que le explicase un poco cómo era la chica y Juan le dijo que era rubia y tenía los ojos azules.

    -Eso no es suficiente -masculló el asesino, sin apartar la mano del puñal-, dígame, por lo menos, cómo se llama.

    Juan le dijo que se llamaba Jacqueline y que, además de los ojos azules, tenía una vocecita de niña perdida en el bosque que le ponía cachondo.

    -Me parece que es usted bastante guarro -le dijo entonces el asesino.

    Y levantó el puñal con las peores intenciones. Juan pidió auxilio y se acercaron corriendo los acomodadores, que hasta aquel momento habían estado en el vestíbulo jugando a los chinos. Se abalanzaron sobre el asesino y le redujeron en un abrir y cerrar de ojos.

    Lo malo fue que luego no supieron qué hacer con él, si llevarle a la comisaría, que estaba dos calles más arriba, o devolverle a la ficción de la que procedía.

    -Reconozco que no es fácil encontrar el camino que conduce desde la realidad hasta la fantasía -les dijo el Subdirector General de Política Hidráulica, personado en el lugar de los hechos.

    Pidieron consejo por teléfono al Director General y decidieron encerrar al psicópata asesino en un cuarto trastero y tenerle quince días a pan y agua.

    Una semana más tarde el asesino consiguió escapar y regresar por su cuenta y riesgo a la ficción. No pudo, de todas formas, recuperar su papel de asesino porque mientras estuvo fuera, la película de terror se había convertido en una dulce historia de amor, protagonizada por otra Jacqueline de ojos azules y un Juan asimétrico que también tenía miedo de la oscuridad, pero que no podía oír la vocecita de su enamorada sin que se le revolucionasen todos los sentidos.

    Tomado de barcelonareview.com

  • Feliz cumpleaños Henrik

    Feliz cumpleaños Henrik

    186 cumpleaños de Henrik Ibsen

    Si lo dieses todo, menos la vida, has de saber que no has dado nada.

    Henrik Ibsen por Edvard MunchHenrik Johan Ibsen nació el 20 de marzo de 1828 en el puerto de Skien, Noruega. Su padre, un próspero comerciante, se arruina cuando Henrik cuenta ocho años de edad y la familia debe trasladarse a una granja en las afueras de Gjerpen, única propiedad que logra salvar de la quiebra. Allí el pequeño Henrik deberá recorrer 5 kilómetros para asistir a la escuela y se convierte en un niño introvertido y solitario.

    En 1842 regresan a Skien y Henrik, con 14 años, ingresa en un colegio religioso, sin embargo, años después, y en su edad madura, se declaraba ateo. Permanecerá en él hasta los 16 años, cuando las necesidades económicas le obligan a desplazarse a la pequeña ciudad de Grimstad para trabajar durante seis años como aprendiz de farmacia.

    Intentó iniciar la carrera de Medicina, pero tras fracasar en el examen del ingreso a entrada, abandonó la idea para dedicarse de lleno a la literatura. En 1849 escribió su primera obra, “Catiline”, título que redactó con el seudónimo de Brynjolf Bjarme.

    Fue director de escena y autor del Teatro Nacional de Bergen de 1851 a 1857 y posteriormente director del teatro de Christiania (hoy Oslo) entre 1857 y 1862, el teatro se cerró por problemas económicos. Durante estos años de experiencia práctica teatral escribió sus primeras obras. De 1863 a 1891, Ibsen vivió principalmente en Italia y Alemania gracias a una beca itinerante y, más tarde, a una pensión anual concedida por el Storting, el parlamento noruego.

    Entre las primeras obras de Ibsen se encuentran dos dramas en verso. La primera, Brand (1866, estrenada en 1885), dramatiza la tragedia de una devoción ciega en una falsa idea del deber; la segunda, Peer Gynt (1867), narra en términos alegóricos las aventuras de un oportunista encantador. Con Los pilares de la sociedad (1877), un ataque a la hipocresía y elogio al individualismo en la historia de un hombre de negocios sin escrúpulos, Ibsen daría comienzo a una serie de obras que le reportarían fama mundial. Casa de muñecas (1879), Espectros (1881) y Hedda Gabler (1890) son quizá sus obras más representadas. La primera, que provocó una importante controversia literaria, cuenta el rechazo de una mujer a seguir siendo una fútil muñeca sin autonomía para su marido; la segunda trata de la locura hereditaria y el conflicto generacional; la tercera retrata las relaciones de una mujer voluntariosa con los que la rodean y las consecuencias que siguen a su renuncia del deseo de vivir. También escribió Un enemigo del pueblo (1882), El pato silvestre (1884), Rosmersholm (1886), La dama del mar (1888), El maestro contratista (1892) y Al despertar de nuestra muerte (1900). En casi todas, la acción dramática gira alrededor de un personaje en conflicto con las críticas de la sociedad contemporánea y estalla al irse conociendo los acontecimientos del pasado.

    La enfermedad le impidió escribir más. A lo largo de medio siglo había dedicado su vida y empeño en el arte dramático, y había conquistado una posición internacional como el dramaturgo más grande e influente de su época. En 1891 regresó a Christiania, donde el 23 de mayo de 1906, falleció.

    Google Noruega celebró en 2013, el 185 cumpleaños de Henrik Ibsen, porque es considerado como uno de los literatos más importantes de la historia noruega, así como uno de los autores que más ha influido en el teatro moderno. Sus obras pueden considerarse antecedentes del simbolismo, y él es asimismo reconocido como padre del drama realista. Su obra fue, por muchos motivos, muy avanzada para su tiempo, en particular temáticamente, chocando de lleno con los valores sociales imperantes en su época, lo que hizo que fuera tachada de escandalosa e inmoral.

    Tomado de: Blog Experto

  • Como músico, yo nací en los bares

    Como músico, yo nací en los bares

    Ricardo Durán, Richard

    “Me gusta tocar en los bares”, coloquial lenguaje usado en la conversación por Ricardo Durán Rodríguez, Richard, muchísimo mejor así conocido en el arte de la música de Nayarit. En contrasentido expresa su agrado al comprobar en carne propia que el órgano eléctrico, instrumentista del mismo, está en riesgo de desuso por la preferencia colectiva actual en otros ritmos interpretados con estridentes instrumentos de viento, música de banda.

    La destreza manual de Richard sobre el teclado del órgano, estimula la expresión de sentimientos en el acogedor recinto del bar, abiertos y fijos los sentidos en el sonido instrumental de la melodía, razón que conduce al músico a manifestar su preferencia por tocar en los bares: “En esos lugares la gente se ambienta, se toma dos o tres copas y se acuerda de sus canciones; ahí ha transcurrido mi vida, además como músico yo nací en los bares”.

    Richard se aferra a su dicho, aunque su expresión artística haya transitado por cafés, restaurantes, pianos-bar o fiestas particulares: “Yo nací en los bares”. Pero lo considera así, como punto de referencia, al llegar a Tepic en 1961 procedente de Guadalajara, Jalisco, donde en una escuela especial para invidentes fue cultivado como instrumentista de piano, pero por su capacidad fuera del orden común como ejecutante, paradójicamente a los 17 años que decide abrazar carrera profesional inicia tocando el bajo, siguieron los timbales y luego el piano. Corto tiempo lo hizo en “La Flor de Jalisco” y “Versalles”, en la llamada perla tapatía.

    “TE AGARRAN A PEDRADAS….”

    Donaciano GonzálezRinde honor a la verdad al mencionar que fue Tepic, ciudad a la que arribó el tres de junio de 1961 con 20 años de edad, lugar donde desarrolló su vida como músico. Al paso de 51 años lamenta que los cambios de la moda musical afecten severamente el gusto de escuchar el órgano eléctrico. En sus propias palabras: “Desgraciadamente la música de órgano ya quieren acabarla, quieren acabar el órgano, pues. Son situaciones que está uno enfrentando, desgraciadamente; a la vuelta de 50 años, si llegas a una fiesta y tocas órgano, te agarran a pedradas, esa es la verdad”.

    Admite que en la época actual “el órgano no es bien recibido”, por eso considera que su manifestación artística es mucho más apreciada en los bares, en un ambiente mucho más relajado y bohemio. Otro argumento base es la necesidad urgente de trabajar y “sacar para comer”, no importa el nivel en que se encuentre la categoría del bar, “el chiste es sacar para comer”.

    En momentos actuales, Richard trabaja de planta en una cantina, “en un barecito chiquito”, donde la mayoría de los clientes son sus amigos, atentos lo escuchan, le piden canciones, “y por supuesto me las pagan, porque no les perdono”. Dice que el bar se llama “El Obrero”, ‘es una cantina a la que tu papá (de quien esto escribe, Donaciano González “Shanghái”) me llevó por primera vez, por cierto a curármela. Ahí me llevó tu papá, pero a la vuelta de 50 años ha cambiado mucho, y ahí estoy, en las tardes un ratito, porque no creas que estoy mucho, unas dos horas cuando mucho, a mis casi 72 años pues ya…

    Su nacimiento musical en los bares hizo que Richard tuviera a lo largo de cincuenta años contacto permanente con este tipo de centros de libación, entonces pregunto si tuvo adicción a la bebida alcohólica. “Sí, bastante, yo tomé mucho, pero de repente dejé de tomar, dejé de fumar…o sea, me apacigüe de repente. Yo no anduve con doble A (Alcohólicos Anónimos), ni triple A, ni nada de eso, yo no, automáticamente me retiré del chupe y de todo” ¿Hace cuánto tiempo? “Nooo, pues fíjate que me empecé a retirar el día que nació mi última niña, acaba de cumplir treinta años. A partir de ese momento me fui retirando, retirando, retirando hasta que me retiré. Ya no tomo ni una copa”.
    GUADALAJAREÑO DE NACIMIENTO, TEPIQUEÑO POR DECISIÓN

    Ricardo Durán Rodríguez nació en Guadalajara, Jalisco, el 20 de febrero de 1941. Es el primogénito del matrimonio que formaron Juan Durán y Hermelinda Rodríguez, él hortelano y ella dama de hogar. De siete hijos, invidente Richard salió del vientre de la madre, por tanto debió ser ingresado a una escuela especial para realizar educación básica. Cursó estudios de Periodismo, pero finalmente con base en la agudización de sus sentidos se especializó en la ejecución de piano.
    Después de un relampagueante paso artístico por Guadalajara decide venir a Tepic al aceptar invitación que le hiciera su amigo don Jesús Cortez y Barbosa (+), también invidente, quien en aquella época era en Nayarit importante concesionario de cinco radiodifusoras, XEOO la más emblemática de ellas con asiento en la capital del Estado. Llegó para quedarse el tres de junio de 1961, “porque quería abrirme paso en la vida, además no me sentía bien en Guadalajara”. Don Jesús le consiguió trabajo como pianista en un restaurante propiedad de Rafael Chalita, ubicado por la calle Lerdo, en el edificio de lo que ahora es el hotel San Jorge.

    Donaciano GonzálezAllí ocurrió un suceso que lo marcaría para el resto de su vida. Cuenta que como pianista del restorán Chalita conoció a músicos locales que por las noches tenían al lugar como centro de reunión “para hacer la polla”. Fue allí donde, dice, conoció al “Shanghái” (Donaciano González González), al “Bigotes” (Salvador Sánchez) a Chito, el del trío “Los Circones”, y a muchos más. En ese ínter fue cuando al “Bigotes” se le ocurrió hacer un nuevo grupo musical e invitó a Richard a participar. Se pusieron de acuerdo y también convidaron a “Shanghái”, por esos tiempos baterista de orquesta “La Moderna”. Asiduo visitante del restorán Chalita, “lo empezamos a invitar, invitar, invitar, total que cayó. Se vino con nosotros. Ya éramos tres: Shanghái, el Bigotes y yo. Yo tocaba acordeón, Shanghái la batería y el Bigotes la guitarra”.

    Durante meses los tres se dedicaron a la güipa, es decir, ir de un lugar a otro en busca de clientes con gusto por la música en vivo, aunque Richard hace uso de la expresión talonear, muy guadalajareña, en cambio la primera es palabra acuñada por músicos tepiqueños, ni siquiera en parte de Nayarit se sabe la utilicen, menos en alguna entidad del país. El origen semántico del vocablo la güipa es desconocido.

    Al tiempo, por invitación se incorpora al grupo el cantante Pablo González (+), quien después de una corta temporada de meses decide, por cuestiones propiamente personales, separarse. Es cuando optaron por solicitar la integración de Gabriel Ramos, oriundo de Jala, saxofonista, “un musicazo” de grandes dotes, además de gran ejecutante era un buen arreglista, le escribía música al mismo Cruz Lizárraga, director de la sinaloense banda de El Recodo. Con la llegada de Gabriel Ramos el equipo se consolidó, de tal manera que el estudio de nuevas melodías fue constante, casi diario estaban metidos en el cuarto de ensayo. Los obligaba estar al día los arreglos musicales que el propio jaleño escribía para el conjunto aún sin nombre específico.
    ROBERTO MONDRAGÓN LOS BAUTIZÓ

    A propósito, Richard explica que durante los primeros meses de haber llegado a Tepic hizo amistad con Roberto Mondragón González (+), hijo de Tomás Mondragón (+) concesionario de la radiodifusora XERK, quien al paso del tiempo lo invitó a participar musicalmente en un aniversario de la radio que se ubicaba en los altos de un edificio, adyacente a Catedral, por la avenida México. El elenco se componía de artistas, cantantes y grupos, foráneos y locales. En plena transmisión para conmemorar ese día, en turno de participación el conjunto de Richard, el locutor Roberto Mondragón pedía el nombre de cómo los presentaría. Cómo los presento, cómo los presento, repetía. De repente se le prende el foco y sin más ni más dice: “Los Satélites”. ‘A él debemos el nombre, a Roberto lo recuerdo con gratitud, tuvimos una excelente relación de amistad. En ese programa realmente nacieron Los Satélites’.
    ERAN MUSICAZOS, DE ELLOS APRENDÍ

    Donaciano González Shanghái con el actor No é MurayamaReconoce Richard haber aprendido mucho al lado de tres talentosos músicos. “Shanghái”, “Bigotes” y Gabriel Ramos, dice él, “eran musicazos”. Con ellos se enseñó a acompañar cantantes, a colear e infinidad de “secretos” de ejecución musical. En la práctica realmente fue su aprendizaje, “pues tú sabes que de la escuela sale uno con otro rollo, para mí, ellos fueron mi escuela; mi vida de músico la hice aquí en Tepic”. En esa época Ricardo Durán tenía escasamente 21 años, inició en “Los Satélites” tocando acordeón, enseguida piano eléctrico y después órgano, “compramos un teclado muy diferente a los que hoy se usan”. Era el más joven del grupo, los demás le llevaban hasta 20 años de ventaja. Tiempo después se incorporó al grupo en el sax Nicasio Ramos, sobrino de don Gabriel.

    “Los Satélites” tuvieron maravillosa aceptación en Nayarit, el flujo sonoro y bien acompasado del conjunto logró preferencia entre los amantes a la buena música. La manifestación artística de los grandes ejecutantes causaba agradable entretenimiento y excelente ambientación, aunque Richard atribuye el éxito a la escasa presencia en Tepic, hace 50 años, de grupos de calidad, seguramente ello también contribuyó. Desafortunadamente “Los Satélites” no hicieron grabación alguna, no hubo quien los promoviera hacia ese camino.

    Sin embargo, Richard confiesa que todo el mundo los conoció. Tan sólo por citar un ejemplo que en el momento de la entrevista en su casa de la colonia Gobernadores le viene a la mente, dice que tuvieron pegue y fueron muy conocidos entre muchachos estudiantes, “todavía nos recuerdan Cota (tengo certeza de que se refiere al actual senador Manuel Humberto), los hermanos Chacón y otros que no recordó sus nombres o apellidos. Por cierto, ni nos pagaban los sinvergüenzas, a la hora de la coperacha para la música se hacían los desentendidos. Ahora que me encuentro a alguno de ellos le digo que me debe una lana desde hace 50 años, pero en verdad aquella época era de buen ambiente y suma cordialidad”.
    PUERTO VALLARTA, TESTIGO DE SU CALIDAD ARTÍSTICA

    Donaciano GonzálezBajo su tutela, él se encargaba de firmar contratos, el conjunto se desplazó por los diecinueve diferentes municipios de Nayarit, con mayor presencia en la zona norte y más incidencia en poblaciones del municipio de Santiago Ixcuintla para amenizar bailes y fiestas privadas. Puerto Vallarta, Jalisco, también supo de su calidad de músicos. Calcula Richard que entre los años 1965 a 1969 “Los Satélites” estuvieron trabajando bajo contrato en el hotel Tropicana, en la playa Los Muertos, alrededor de diez meses. El recuerdo es que para llegar a aquel centro turístico de gran auge en esos años, en transporte deberían transcurrir casi doce horas. De Tepic había que transbordar en Compostela, entonces transitar cientos de kilómetros por mal terracería y demorar por la ponchadura de alguna de las llantas del camión de línea, que era cosa común.

    Como a los diez años de empezar el grupo, Richard dejó “Los Satélites” (‘porque me quise independizar, aunque hubo mucha incomodidad de mis compañeros, me salí’) para ir como solista a trabajar a un restaurante que en el centro de la ciudad había abierto Roberto’s (Roberto Ramírez de la Paz). Desde entonces ha trabajado por su cuenta en muchos y muy variados lugares de Tepic, el recuerdo más apetecible es el del Beachcomber, donde permaneció en dos épocas largos siete años para ambientar con música de órgano aquel lugar de categoría ubicado en avenida Insurgentes y Durango.

    A la salida de Richard, “Los Satélites” integraron nuevos elementos y continuaron con su música alrededor de quince años más. Con base en la contabilidad de Ricardo Durán el conjunto cubrió una época calculada en más de 25 años, durante la cual la ciudad de Tepic y sus habitantes gozaron de un ambiente social maravilloso, fausto, pacífico y sin los sobresaltos a causa la inseguridad pública.

    Ricardo Durán Rodríguez es quien aún permanece con vida de aquellos integrantes del glorioso conjunto musical “Los Satélites”. Murieron el baterista Donaciano González González “Shanghái”, el guitarrista Salvador Sánchez “Bigotes” y el saxofonista y tecladista Gabriel Ramos, pero además dejó de existir el saxofonista Nicasio Ramos.

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